Devuelven libros robados a un ministro francés por los nazis en 1940
El pasado 15 de julio en el marco de una ceremonia oficial en Paris encabezada por la Primera Ministra francesa, Elisabeth Borne y el Embajador
El pasado 15 de julio en el marco de una ceremonia oficial en Paris encabezada por la Primera Ministra francesa, Elisabeth Borne y el Embajador
Circula un correo electrónico que señala que los creadores de los tenis de la marca “Vans” son antisemitas porque algunos de sus zapatos tienen en la suela un patrón de estrellas de David.
Circula un mensaje que señala que CNN está realizando y manipulando una encuesta que indica que los estadounidenses apoyan más a los palestinos que a los israelíes en la actual crisis israelí-palestina.
Cada año cientos de mujeres son asesinadas en Medio Oriente a manos de sus familiares. Los llamados “asesinatos por honor” -la ejecución de una mujer por lo que se percibe como mal uso de su sexualidad- constituyen un espinoso asunto político y social en la región. La legitimación de dichos homicidios emana de un complejo código de honor inserto en la conciencia de algunos sectores de la sociedad palestina.
Nunca Jerusalén se había visto tan bella. Las murallas de la ciudad antigua se extendían como brazos abiertos para recibirnos amorosamente. Nuestras almas cansadas y nuestros corazones tristes ahí encontraron refugio. El nombre de Ciudad Santa tomaba sentido y la sensación de estar finalmente en la tierra prometida era verdaderamente real.
En el umbral del nuevo milenio estamos viviendo un resurgimiento de sentimientos xenófobos y chauvinistas a lo largo y ancho de nuestro planeta. Grupos de corte fascista y nazi dejan oír sus consignas extremistas y racistas en Europa, Estados Unidos y aún en América Latina.
Durante estos días de tanta calma, tuve oportunidad de leer este artículo escrito por Efraím Zuroff, el principal cazanazis, que ha trabajado durante gran parte de su vida en el Centro Simón Wiesenthal, tanto en Estados Unidos como en Israel. Me pareció interesante lo que nos relata y quise compartirlo con ustedes.
Situada en la costa del Mar Mediterráneo, Tel Aviv, la primera ciudad judía de los tiempos modernos, cumplió recientemente 100 años de existencia. Conformada por dos localidades hermanadas y vecinas – Tel Aviv y Yaffo – es la ciudad más heterogénea de Israel ya que en ella conviven mundos muy diversos
El primero de julio de 1994 Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), llegó al territorio autónomo de Gaza. En su segundo día de visita, ante una multitud concentrada en el campo de Jabaliya -cuna de la Intifada o levantamiento palestino- el dirigente árabe exigió a su pueblo que “afronte el gran desafío de su historia, el de poder construir la autoridad palestina y después el Estado palestino con Jerusalem como capital”. “Jerusalem será” -afirmó- “como Roma, capital de Italia y del Vaticano”. Así mismo, ante la emisora británica BBC y en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, reiteró jubiloso que los palestinos “juntos rezaremos en las mezquitas de Jerusalem, que será la capital de Palestina”.
El 29 de noviembre de 1947, al acentuarse la crisis de los refugiados judíos después de la guerra y el deterioro de la relación entre judíos y árabes, el gobierno británico decidió someter el estatus de Palestina a las Naciones Unidas. En una sesión especial, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó por la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y uno árabe. La decisión fue aceptada por los judíos y rechazada por los líderes árabes.