La ley judía
Históricamente uno de los primeros requisitos de toda comunidad judía de la diáspora fue la de asegurar el mantenimiento de su autonomía jurídica, que iba más allá de las cuestiones religiosas para abarcar la ley civil, la administrativa y aun la criminal. Con la destrucción del Estado judío en 70 e.c. y el consecuente exilio -que colocaba a los miembros de este grupo en una situación de marginalidad con limitación de derechos- resultaba casi imposible preservar la religión y la continuidad judías sin la observancia estricta de ciertas prácticas rituales y ceremonias religiosas, y la aceptación de la autoridad suprema de la ley judía.