A diferencia de otras festividades judías, Rosh Hashaná -el año nuevo judío- no conmemora ningún suceso histórico. Es mas bien una festividad religiosa que celebra el papel preponderante de Dios como Señor absoluto del universo y Juez de los hombres, así como la creación del cosmos. Así mismo, enfatiza los conceptos de moralidad, espiritualidad y el carácter sagrado del examen de conciencia y la introspección en este día. Según el Talmud, todas las acciones del hombre del año anterior son juzgadas y balanceadas por Dios en Rosh Hashaná y 10 días después, en Yom Kipur (el Día de la Expiación) Dios llega a un veredicto. Los 10 días que transcurren entre las dos fiestas son sumamente sagrados y solemnes y se conocen con el nombre de Yamin Noraim o Días de Reflexión. Por su importancia religiosa estas festividades se conocen como las Fiestas Mayores.
La tradición cuenta que en Rosh Hashaná Dios abre tres libros para la evaluación de los seres humanos: el Libro de la Vida de los malvados, el Libro de la Vida de los justos y el Libro de la Vida de aquellos que se hallan suspendidos entre ambos polos. A los justos les es prometida inmediatamente una buena vida en el futuro; los malvados son condenados a muerte. El juicio de aquellos que se encuentran suspendidos se pospone hasta Yom Kipur, cuando se toma la decisión final para asignarlos a la categoría moral de la que son merecedores.
A diferencia de Israel, donde Rosh Hashaná se celebra un solo día, en las comunidades judías de la diáspora se lleva a cabo durante dos días: el primero y segundo día del mes judío de Tishrei. Esto se hace para asegurar que las festividades se celebren en la fecha exacta, dado que esta se establece a partir de la aparición de la Luna Nueva, que varía según las distintas regiones del mundo.
Aunque Rosh Hashaná significa literalmente “principio o cabeza de año”, el calendario civil judío comienza en el mes de Nisán (marzo-abril) en la primavera y en la época de la Pascua. El mes de Tishrei es el principio del año religioso judío y es en realidad el séptimo mes del año.
Rosh Hashaná se concentra en el concepto del “retorno hacia Dios”, quien en su infinita misericordia acepta recibir al penitente, perdonar sus pecados y ofrecerle la oportunidad de comenzar el año con la conciencia limpia.
Así mismo, es una festividad que otorga máxima importancia a la relación del hombre con sus semejantes y consigo mismo.
La principal característica de Rosh Hashaná es el toque del shofar o cuerno de carnero. El shofar es un instrumento natural de viento, de los más antiguos conocidos en el mundo. En tiempos bíblicos los judíos lo utilizaban como instrumento musical o de batalla, para intimidar al enemigo, declarar la guerra o llamar al pueblo a asamblea. El uso del shofar en Rosh Hashaná proviene de aquellos tiempos. Cada principio de mes se acostumbraba tocarlo, pero en la Luna Nueva del mes de Tishrei se tocaba con un sonido especial que marcaba el comienzo del periodo de convocación sagrada que conforman las festividades judías más importantes El shofar se utiliza en conmemoración del sacrificio de Isaac. Según la leyenda bíblica, en el momento en el que Abraham se disponía a sacrificar a su hijo en obediencia al mandato divino, un carnero atrapado en un matorral sirvió como sustituto al sacrificio humano.
Para Maimónides, filósofo judío español del siglo XII, el shofar tiene un profundo significado moral:
“Despertad de vuestro sueño, durmientes… y meditad en vuestros actos: recordad a vuestro Creador y retornad a El en penitencia. No seáis de aquellos que pasan por alto las realidades en su búsqueda de sombras y pierden sus años en persecución de cosas vanas que no pueden beneficiar ni liberar. Mirad bien por vuestras almas y considerad vuestros actos: abandone cada uno de vosotros los caminos erróneos y los pensamientos impropios y retornad a Dios de manera que El pueda tener piedad de vosotros” (Hiljot Teshuva 3:4).
Debido a que en esta solemne ocasión se debe comenzar un nuevo ciclo guiado por ideales y acciones mas nobles, se acostumbra a vestir de blanco, ya que en la tradición hebrea este color simboliza humildad y pureza de pensamiento.
Rosh Hashaná es un festejo no exento de colorido y rico simbolismo religioso. Existe una ceremonia llamada “Tashlij”, que quiere decir “desechar” o “abandonar” y que simboliza la purificación del alma. En la tarde del primer día de Rosh Hashaná, los judíos acostumbran reunirse junto a un cuerpo de agua como un estanque o un río y vacían sus bolsillos de migajas, recitando oraciones que incluyen el verso del Libro de Miqueas: “Y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (7:19).
Igualmente, se acostumbra hornear panes redondos que simbolizan la naturaleza cíclica y eterna de la vida y expresan la esperanza de que el año venidero sea completo como un círculo y no este marcado por la tragedia. Es tradicional servir frutas con miel. La miel es símbolo de la esperanza en que el año siguiente este colmado de dulzura y prosperidad. Así mismo, se sirve a la mesa una cabeza de pescado. Muchas culturas primitivas creían que los alimentos que se ingieren en el año nuevo son capaces de influenciar el ciclo completo. En la tradición judía el pescado es un platillo popular porque está asociado con la fertilidad. La cabeza de pescado simboliza la productividad y la prosperidad futuras.
A pesar de su carácter solemne, Rosh Hashaná es una festividad plena de optimismo y alegría. En esta ocasión cada judío tiene la oportunidad de renovar su fe y expresar su gratitud a Dios en la meditación y en compañía de sus seres queridos.