Moisés ben Maimónides, conocido como el Rambam, es considerado el más grande jurista y filósofo del judaísmo medieval. Sus intentos de reconciliar la fe judía con los postulados científicos iluminaron el camino de muchos de sus contemporáneos y de subsecuentes generaciones de pensadores. Tanto los sectores ortodoxos como las fuerzas progresistas dentro del judaísmo, consideran a los escritos de Maimónides como las guías más autorizadas para la observancia ritual.

En el momento histórico que sirvió de marco a la vida y obra de este gran hombre, el islam, el judaísmo y el cristianismo lograron hallar, en suelo español, espacios de convivencia creativa.
El transcurso de sus días fue un mosaico de angustias y tribulaciones, por un lado y de trabajo constante y disertaciones intelectuales por el otro. Hijo de una distinguida familia española, el Rambam nació el 30 de marzo de 1135 en la ciudad de Córdoba, España, en la época de las grandes Cruzadas.
En el mundo dividido, resultante de la confrontación entre las civilizaciones islámica y cristiana, los judíos mantenían una existencia precaria como un grupo neutral que no participaba en la lucha ideológica que se libraba.
Los años de adolescencia de Maimónides se vieron llenos de tristeza y dolor a causa de la invasión de los Almohadas, fanáticos puritanos musulmanes, quienes ofrecían a las otras religiones la opción radical de la conversión o la muerte. Algunos judíos decidieron morir como mártires, muchos tomaron con renuencia una vida de duplicidad y ambivalencia y, otros más, huyeron de España, y buscaron refugio en otros países.
La familia de Maimónides abandonó su hogar con sus raíces ancestrales e inició una turbulenta década como nómada, deambulando por el Norte de Africa. Finalmente se estableció en la ciudad de Fez, Marruecos, en donde existía una vigorosa comunidad judía, cuna de grandes pensadores, filósofos y juristas. Sin embargo, su vida continuó rodeada de una gran inseguridad física.
En 1165 se recrudeció la intolerancia hacia los judíos en ese país y Maimónides, junto con su familia, viajó a Israel a donde permaneció menos de tres años. Durante este período no halló la paz que buscaba ya que, la mayor parte del país, pertenecía al Reino Latino de Jerusalem que no toleraba más que la religión cristiana en su seno.
Con el objeto de huir del fanatismo religioso, Maimónides emigró a El Cairo, punto estratégico localizado en el centro del Mundo Arabe. Pronto logró adaptarse a su nuevo hogar; pero la muerte de su hermano David produjo grandes cambios en su vida. Recayó sobre él la responsabilidad financiera y se vio obligado a dedicarse a la medicina para obtener mayores beneficios económicos.
Gracias a su habilidad y erudición, -Maimónides se convirtió en el médico del Visir de Saladín, nuevo gobernante de Egipto. Poco a poco fue considerado uno de los más respetables médicos de la corte y sus servicios fueron solicitados por príncipes y dignatarios.
No obstante, a pesar de su responsabilidad profesional, se dedicó también a solucionar los problemas de su comunidad. Surgió como líder, combinando simultáneamente sus labores como rabino, juez, administrador y supervisor de las fundaciones filantrópicas judías. Maimónides inspiró un gran respeto por su integridad personal y su influencia llegó más allá de los confines egipcios.
La incesante fatiga que caracterizó su vida, minó su salud. Murió el 13 de diciembre de 1204 y de acuerdo a sus deseos, fue enterrado en Tiberias, Galilea.

SU OBRA
Maimónides era un maestro en toda la extensión de la palabra. Su vida fue dedicada al estudio y a la enseñanza. Sus escritos -obras de arte y amor- fueron creados en respuesta a pedidos especiales. Sus respuestas a cuestionantes que le presentaban las distintas comunidades de la diáspora judía, o “responsas”, conjugaban su creatividad particular acorde a las necesidades sociales del momento, y la ortodoxia legal judía. Además ayudaba a mitigar el dolor y a dar consejo y apoyo, basándose en una visión filosófica histórica.
Sus trabajos más relevantes son:
Comentario a la Mishná (Perush ha Mishná.) En éste, Maimónides quiso deducir de la Mishná, (recipiente de la Ley Oral), las principales enseñanzas legales judías y diseminar su conocimiento entre las masas. Sus comentarios resumen distintas interpretaciones y conclusiones normativas. Combina el estudio del texto con el análisis conceptual. Maimónides explica, a la vez, los textos bíblicos que se basan en la tradición de las leyes que requieren razonamiento independiente y aquellas normas que fueron establecidas por decisión de las mayorías. En esta obra incluye los 13 principios de fe que todo judío debe cumplir.
Libro de los Preceptos. Esta obra resume el cuerpo total de la ley judía bajo los tradicionales 613 preceptos. Este trabajo pertenece a un género convencional de la literatura rabínica, inaugurado en el siglo VIII. Maimónides sugirió 14 guías o principios para decidir que preceptos se deben incluir en esta lista. Intentó una nueva clasificación al comenzar con los principios generales como la creencia de la existencia de Dios y descendiendo, finalmente, a las leyes individuales y rituales. Insistió en que todos los preceptos tienen el mismo rango.
Mishné Torá. Maimónides decidió reformular la ley judía, en su totalidad, en un nuevo código sistemático. Utilizó la Mishná como modelo, y omitió toda discusión o cualquier punto de vista controversial. Expuso sus propios principios generales así como leyes específicas. Esta obra se distingue por su manejo del hebreo en forma precisa, breve y elegante. La clasificación y codificación del material muestra gran sabiduría e incluye una visión sinóptica de todo el material.
Guía de los Perplejos. Esta obra surgió a raíz de una serie de ensayos en respuesta a varias preguntas incisivas de Joseph ibn Aknin, antiguo discípulo suyo. Está dirigida a aquellos atraídos por la razón y a quienes se les dificulta aceptar como correctas las enseñanzas basadas en la interpretación literal de la ley. Incluye pasajes bíblicos y literatura rabínica, alineados con conceptos e imágenes obtenidos de la filosofía y la ciencia. Quería conciliar la tradición con la razón y demostrar la unidad divina, centro de su doctrina.

OBRAS MÉDICAS
Los últimos 12 años de la vida de Maimónides estuvieron dedicados a una extensa práctica médica, principalmente. No obstante, continuó escribiendo un importante número de responsas y epístolas en materia legal y teológica. Redactó una serie de importantes tratados que lo confirmaron como una de las más destacadas autoridades médicas en la Edad Media.
Pasó muchos años formulando aforismos de naturaleza médica-ética. Quiso inculcar en sus lectores la convicción de que, un estilo de vida sano -físico y mental- era el mejor modo de prevenir y curar enfermedades. Su carrera literaria concluyó con la composición de 10 tratados médicos.
Maimónides supo responder a los desafíos y sensibilidades de su época. Su racionalismo religioso no permitía la neutralidad, por lo que su obra fue muy controvertida, aún después de su muerte.
No obstante, sus códigos han tenido una gran influencia en la vida judía. Se convirtió en uno de los más importantes héroes del folklore de su pueblo, tanto en oriente como en occidente y, sus enseñanzas legales, siguen vigentes a pesar del transcurso de los años. Tal vez esto se deba que, los avances en los campos de la ley y de la ética, han sido más graduales por lo que los conceptos vertidos por los pensadores de las épocas pasadas, aún tienen un efecto definitorio en el comportamiento humano.