Tribuna Israelita

Los términos “judío”, “hebreo”, “israelí”, “israelita”, y “sionista” no son sinónimos

El empleo generalizado del poder que confiere el uso de la palabra en los medios masivos de comunicación es un fenómeno típicamente contemporáneo. La fuerza que se le atribuye, el impacto que alcanza a tener como instrumento de enlace entre emisor y receptor y su extrema maleabilidad ofrece, a quien la detenta, un dominio ideológico de alcances insospechados.
Usar la palabra para ganar adeptos, negar hechos o inventarlos ha llegado a ser práctica común en los medios de comunicación. Sin embargo, como con todo instrumento que inviste poder, el abuso o el mal uso de las palabras puede conducir a consecuencias irrevocables.
En la discusión de la problemática judía, o en la sola mención de temas relacionados con ella, es común encontrar frecuentes distorsiones, aseveraciones fuera de contexto, un grado de desinformación extrema, y, en general, el uso equivocado de ciertos conceptos básicos que definen esta realidad tan compleja.
Uno de los problemas que se han presentado en la prensa mexicana con más frecuencia es el uso indiscriminado de los términos “judío”, “hebreo”, “israelí”, “israelita” y “sionista” y la sustitución arbitraria de uno por el otro.

Esto podría reflejar una aguda falta de conocimiento del mundo judío y poco profesionalismo, debido a que se cumple sólo parcialmente con la responsabilidad de presentar al público un panorama fidedigno de la realidad judía contemporánea, que tanto interés despierta en la opinión pública nacional.
Por esta razón, a continuación presentamos una explicación de los apelativos empleados por los medios de comunicación en relación a los miembros del pueblo judío. El uso adecuado de esta terminología no es solamente una exigencia de carácter semántico, si no una condición necesaria para la justa apreciación de la vasta y compleja realidad judía.

JUDÍO
Del hebreo “yehudí”; originalmente, miembro de la tribu de Judá, denominación que proviene de la región de Judea, nombre forjado por los romanos.
Con el paso del tiempo adoptó un sentido peyorativo dentro del uso del lenguaje común, debido a los estereotipos que se han yuxtapuesto históricamente al pueblo judío.
Hasta antes del surgimiento del moderno Estado de Israel, los judíos eran claramente definidos como tales; a partir de 1948 surgieron controversias en cuanto al criterio a partir del cual debe de definirse a un judío, i.e., religioso, nacional, histórico, etc.
Actualmente, el término “judío” no es más un peyorativo y es el correcto para designar a las personas que se definan como judías cuando el contexto así lo requiera. Es la palabra que los propios miembros del pueblo judío utilizan para autodefinirse.

HEBREO
Este vocablo proviene de la palabra bíblica “ivriim” que significa “aquellos que cruzaron” o “los del otro lado del río”, haciendo referencia a la salida de Abraham, primer patriarca del pueblo de Israel, y su familia de la ciudad babilónica de Ur y su paso por el río Eufrates hacia la tierra de Canaán. Se estima que este suceso ocurrió hacia el año 2000 antes de la era común y es a partir de esta fecha que comienza a contarse la historia judía.
“Hebreo” es también el nombre de la lengua hablada por el pueblo judío a lo largo de su historia y el del idioma oficial del Estado de Israel. El uso de este vocablo para definir a personas judías en la actualidad es un anacronismo, ya que este se refiere principalmente a los judíos de la época bíblica.

ISRAELÍ
Es el término que define la nacionalidad de todos aquellos individuos nacidos en el Estado de Israel o que son ciudadanos del mismo. Por lo tanto, un individuo judío nacido en México no puede ser israelí ya que su nacionalidad es mexicana. Así pues, siendo “israelí” un concepto que define la nacionalidad, se puede hablar de israelíes musulmanes, cristianos o judíos.

ISRAELITA
En el libro de Génesis los judíos son mencionados como hebreos excepto en una ocasión en la que son mencionados como israelitas.
Se considera israelitas a los judíos que salieron con Moisés de la tierra de Egipto en 1200a.e.c. Este vocablo proviene del hebreo “yisro-el ” que significa “el hombre que peleó con Dios ” y que se refiere a la lucha de Jacob contra el ángel Génesis (32:22) a partir de la cual Jacob adopta el nombre de “Israel” como nombre de honor.
A los descendientes de Jacob se les conoce como “el pueblo de los hijos de Israel”, Exodo (1:9) y esta denominación persiste hasta la fecha y aún durante la división del pueblo en 12 tribus, pues éstas estuvieron unificadas bajo el reino de Israel. Después del desmembramiento de éste en el año 721 a.e.c., el concepto “israelita” siguió utilizándose para referirse a la totalidad del pueblo de Israel.
Durante el siglo XIX, el término “israelita” resurgió en algunos países occidentales para designar a los judíos generalmente asimilacionistas para quienes la palabra “judío” conllevaba una connotación despectiva.
Hoy en día es preferible el uso del término “judío” para evitar la confusión entre “israelí”, oriundo de Israel e “israelita” perteneciente al pueblo de Israel.

SIONISTA
Es aquel individuo que profesa la ideología sionista, es decir, que cree en el sionismo como el movimiento de liberación nacional del pueblo judío y que tiene su aplicación práctica en la creación del Estado de Israel como el hogar nacional judío.
El término “sionismo” se deriva de Sión, nombre por el que se conoce a una de las colinas que rodean a la ciudad de Jerusalem. A lo largo de la historia judía, Sión ha sido sinónimo de Jerusalem en la literatura y en la cultura.
La palabra “sionismo” fue acuñada por el ideólogo Nathán Birnbaum en 1890 para designar al movimiento político nacional que aspiraba a la creación de un Estado judío, aunque el deseo del pueblo hebreo de regresar a Sión data desde el año 70 e.c., cuando el imperio romano termina con la independencia judía en la tierra de Israel.
El sionismo surge como movimiento político organizado hacia finales del siglo XIX, periodo caracterizado por el nacimiento de sendos movimientos nacionalistas en occidente. Aunque algunas figuras importantes le precedieron, Teodoro Herzl es considerado el padre del sionismo porque fue él quien concretó el ideal sionista en un movimiento político organizado.
Algunos escritores hostiles al Estado de Israel y al pueblo judío insisten en sustituir el término “judío” por el término “sionista”. Es necesario aclarar que, aunque la mayoría del pueblo judío apoya la existencia del Estado de Israel, no todos los judíos profesan la ideología sionista.

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