Tribuna Israelita

Los Ashkenazitas

Durante siglos, las comunidades judías en la diáspora se desarrollaron principalmente en la porción este de la tierra. En Babilonia, Egipto, Yemen y Judea, surgieron florecientes núcleos en los que proliferaron la cultura y las artes judías. Como todo proceso migratorio, la dispersión de los judíos hacia otras regiones del orbe se debió a una combinación de múltiples circunstancias. Pero, fueron las persecuciones y las expulsiones, principalmente, las que provocaron el término de una existencia nacional hebrea, lo que obligó a miles de judíos a buscar nuevos hogares. Con la destrucción del segundo Templo de Jerusalem en 70 e.c., se incrementó el flujo migratorio. Parte de la población judía se estableció en España y Portugal, dando origen a la corriente sefaradita;. Otros judíos viajaron hacia los países germanos y las ciudades vecinas del este de Europa. A ellos se les denominó ashkenazitas.

Ashkenazitas, término hebreo utilizado para denominar a los pobladores de Alemania.
Es difícil determinar con exactitud cuando el vocablo ashkenazita fue aplicado por primera vez. La palabra aparece en Génesis 10:2-3: “Los hijos de Gomer, nietos de Yafet, son Ashkenaz, Rifat y Togarma”. Es mencionado también en el Talmud de Babilonia (Yomer 10a) cuando el bíblico Gomer, padre de Ashkenaz, es llamado Germania.
Los demógrafos rabínicos de la Edad Media situaron a Alemania como la tierra en donde Ashkenaz se estableció en los años posteriores al Diluvio. A raíz de esto, el término fue utilizado con frecuencia para denominar a Alemania.
En el siglo XI, Rashi (1040-1105) -maestro de los comentadores bíblicos-, hace referencia al alemán como el idioma de los ashkenazitas. Por su parte, Benjamin de Tudela, destacado rabino, habla en sus famosos diarios de viaje de Alemania, conocida como Ashkenaz. Es hasta el siglo XIV cuando se generaliza el uso de este término para denominar a la entidad cultural compacta y distintiva al noroeste y centro de Europa. En su sentido más amplio, el término comprende el conjunto total de la cultura de Europa oriental y engloba sus conceptos legales, costumbres, tradiciones e instituciones.

HISTORIA
Existen numerosas teorías que sitúan la llegada de los judíos a Alemania siglos antes de la era común. Pero las primeras evidencias científicas que constatan la presencia judía en esas tierras, datan del siglo III e.c., cuando varios grupos de judíos se establecieron en Colonia, a las orillas del río Rhin. Sin embargo, no existen pruebas de la presencia continua de estos grupos en los tiempos de las invasiones bárbaras y de la creación de los estados germanos.
En el siglo VI, se vio un resurgimiento de los judíos del norte de Europa. En diversas ciudades alemanas se formaron productivas comunidades. Un gran número de judíos se estableció, a su vez, en Francia, principalmente en las ciudades de Clermont, París y Marsella.
Para el siglo X, los judíos eran ampliamente apreciados en Europa occidental y recibían un trato favorable. Este núcleo social y religioso había alcanzado posiciones privilegiadas cuando la situación se transformó.
En 1012 fueron expulsados de Mainz y en 1096. con la primera Cruzada, comunidades completas fueron masacradas. Cientos de miles de judíos murieron con el Kidush Hashem (santificación del nombre divino) en los labios, pues prefirieron la muerte antes que profanar el nombre del Todopoderoso o violar sus mandamientos.
Las siguientes cruzadas (1146 y 1189) intensificaron la ola de masacres y terror. Posteriormente, los libelos difamatorios que se generaron durante los siglos XII y XIII, dieron pie a múltiples persecuciones fanáticas que se sucederían constantemente. Cuando en 1348-49 la Peste Negra azotó el centro de Europa provocando millones de muertes, los judíos -acusados injustamente de envenenar ríos y pozos- fueron masacrados por turbas enardecidas. Comunidades enteras de Alemania y el norte de Francia huyeron hacia Polonia, Lituania y Rusia.
Para el siglo XVI los grandes centros judíos habían sido trasladados al este. En sus nuevos hogares, los judíos desarrollaron una importante cultura al entrar en contacto con las costumbres y tradiciones locales. Y, a pesar de la creciente oposición por parte de la clase burguesa, los judíos lograron progresar. A finales del siglo XVIII se inició un movimiento cultural de gran relevancia para los ashkenazitas, mismo que marcaría el comienzo de una nueva era.
La Haskalá o Ilustración tenía como objetivo el que los judíos se convirtieran en una parte integral de la sociedad. Como parte del proceso de asimilación propuesto, se desarrolló una actitud negativa hacia el idish, su lengua vernácula.
Moisés Mendelssohn, impulsor de esta corriente, pretendía que sus correligionarios se integraran al Siglo de las Luces, a la cultura moderna. La Haskalá, que contó con exponentes de la talla del literato Mendele Mokher Seforim, fundamentó las bases del movimiento reformista dentro de la religión judía.
Como contraparte a esta corriente surgió el Hasidismo, basado en premisas místicas, emocionales y legales, con el intento de renovar los preceptos que, consideraban, conducían a una existencia judía más plena.
El siglo XX fue uno de los mejores momentos en la historia del judaísmo ashkenazita, ya que los cambios suscitados a raíz de los movimientos revolucionarios generados a nivel mundial, abrieron las puertas de la sociedad europea a los judíos, quienes en teoría tuvieron la oportunidad de ingresar en todas las áreas del quehacer humano que anteriormente les estaban vedadas. Sin embargo, los ashkenazitas pronto tuvieron la oportunidad de comprobar que la emancipación era tan sólo una ilusión.
Los años de lento progreso para los judíos se desintegraron con la reacción y la intolerancia, la persecución, el burocratismo y la complicidad oficial.
A fines del siglo XIX, la situación de los ashkenazitas era delicada. En Polonia, por ejemplo, una serie de boicots económicos lograron deteriorar el nivel de vida de los judíos.
Pero fue en Rusia, particularmente, en donde la situación se tornó más difícil. A partir del 1881, los judíos fueron víctimas de una serie de pogroms que hicieron peligrar su vida. La constante inseguridad provocó que en numerosos jóvenes surgiera el deseo de emigrar. Miles de ellos se organizaron y comenzaron a huir a las zonas fronterizas del Imperio Austro-húngaro y de allí a Palestina, Sudamérica, Inglaterra y Estados Unidos.
Los ashkenazitas lograron una gran ascendencia en estos centros, y para principios del siglo XX, constituían el 90% de la población judía en el mundo. Sin embargo, con la segunda guerra mundial y el Holocausto, se llevó a cabo la destrucción de una gran parte del judaísmo europeo oriental. Para los que sobrevivieron, la migración sirvió como la única posibilidad viable de desarrollar una existencia tranquila.
En Estados Unidos y en América Latina, los ashkenazitas se unieron a las comunidades judías previamente establecidas. En la actualidad, tienen la oportunidad de practicar su cultura y su inmenso legado cultural en un clima de respeto y armonía.

CULTURA
El mundo ashkenazita está constituido por grupos de diverso origen, cada cual con sus rasgos distintivos. Pero, una característica identifica a esta corriente demográfico-cultural: el uso del idish, que desde el siglo X hasta principios del XX constituyó el principal medio de comunicación de estos judíos. El idish está basado en diversos dialectos alemanes. Pero, conforme fueron variando los centros ashkenazitas, el idioma se fue diferenciando en función de las distintas regiones de Europa oriental en las que habitaron.
Además de servir como lenguaje vernáculo, el idish se convirtió en un importante vehículo de cultura. Por ello, desde 1920, se han fundado instituciones dedicadas al estudio de este idioma y en diversas universidades se imparten cátedras con el objeto de mantener vivo este inmenso caudal cultural. En México, existen diversos centros educativos que han incluido al idish dentro de su currícula, impartiéndolo a las nuevas generaciones. La literatura en idish se compone de múltiples obras:
a) Literatura Bíblica y Litúrgica. Basada principalmente en interpretaciones de la Biblia y leyendas del Talmud.
b) Drama. En sus inicios, se adaptaban las historias narradas en las Sagradas Escrituras. Posteriormente se logró la secularización en los temas, pero siempre se conservó el enfoque judío.
c) Literatura Ética, Escritos en un estilo claro y sencillo, en su mayoría son traducciones de la literatura ética hebrea. En ellos se denunciaban las conductas que se desviaban de los parámetros del autor. La literatura ashkenazita moderna y contemporánea se ha nutrido de importantes figuras.
Entre ellas sobresale Sholem Aleijem, con sus brillantes narrativas, una de las cuales sirvió de base para la creación de la obra teatral “Violinista en el Tejado”; además de I.L. Peretz, con su poesía y drama. Haim Bialik e I. Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura 1976.

BIBLIOGRAFÍA

Ausbel, Nathan The Book of Jewish Knowledge Crown Publ. Inc., USA, 1981

Dimont. Max Jews, God, and History Signet Books, USA, 1962

Enciclopedia Judaica Keter Publ. Co., Israel, 1981 Newman Yaacov y Siván, Gabriel Judaísmo A-Z Depto. de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora, OSM, Jerusalem, 1983

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