Febrero 1, 2024

Este año se cumplen 79 años de la liberación de Auschwitz, símbolo del infierno nazi del Holocausto. La fecha del acontecimiento, el 27 de enero, se eligió para conmemorar en todo el mundo a sus víctimas. Cada año, brinda la oportunidad de estudiar el entorno histórico, político e ideológico que precedió y permitió que ocurriera, a fin de cumplir la promesa de “Nunca más”.

Este Día de Conmemoración del Holocausto adquiere un significado nuevo y doloroso.

Al igual que el Holocausto, los acontecimientos del 7 de octubre “no ocurrieron en el vacío”, en palabras del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Sin embargo, contrariamente a su vergonzosa implicación sobre un contexto político (pretendiendo disminuir el horror), la masacre no fue un tema político, sino puramente antisemita y racista.

El Holocausto fue precedido por insinuaciones de lo que estaba por venir: años de fomento del antisemitismo y legitimación del racismo, pasando del discurso a acciones que incluían pogromos, discriminación y exclusión, y terminar en la Solución Final y el genocidio.

Igualmente, al 7 de octubre lo antecedieron expresiones de antisemitismo: en redes sociales y manifestaciones e incluso en el podio de la ONU. El organismo creado tras la Segunda Guerra Mundial para mantener la paz y seguridad global, y proteger los derechos humanos, ahora, en lugar de intentar impedir un nuevo genocidio, lo legitima.

Antonio Guterres no fue el primero en confundir la libertad de expresión con la libertad de incitar y difundir el odio y mentira. Las manifestaciones en el mundo que piden “la liberación de Palestina desde el río hasta el mar” al igual que los llamados a otra Intifada, legitiman la limpieza étnica de los judíos.

Sobrevivientes del Holocausto que vivían en algunas de las 30 comunidades atacadas el 7 de octubre, presenciaron horrores que el mundo había jurado “nunca más” se volverían a ver. Es el caso de Ruth Haran, de 87 años, del Kibbutz Be’eri, cuyo hijo fue asesinado y siete familiares fueron secuestrados. El embajador alemán en Israel, Steffan Seibert, lo retrató: “Hace poco conocí a una anciana. Ella sobrevivió al Holocausto y ahora debe soportar este horror: que su nieto esté retenido contra su voluntad en Gaza. Desafía toda descripción”. Como éstas hay diversas historias.

La aceptación de expresiones antisemitas en el discurso político es una amenaza a los valores democráticos liberales. Corresponde a todos luchar contra este fenómeno y recordar que: la guerra que comenzó el 7 de octubre no es por el territorio o la libertad; está en juego la existencia de una presencia judía en esta tierra que se extiende “desde el río hasta el mar”.

Este año más que nunca, el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto debe servir como un recordatorio de lo que le puede pasar a un mundo que se queda de brazos cruzados.