En los siglos XVI y XVII Europa vivía transformaciones vertiginosas. Nuevos vientos modificaban las doctrinas políticas y religiosas que hasta entonces habían predominado impactando todas las esferas del quehacer humano. El auge del capitalismo, el desarrollo del financiamiento bancario y el mejoramiento de los estándares de vida dieron pie a una nueva economía. La tierra, como importante variable económica, fue reemplazada por el dinero. Consecuentemente los judíos, quienes durante la Edad Media habían sido excluidos de la agricultura así como de otras formas de comercio, encontraban nuevas oportunidades.
En esta “Era de la Razón” se impulsó el ideal humanitario que ponía énfasis en ayudar a los necesitados. Los líderes de la Ilustración defendían la intolerancia y la libertad de expresión y condenaban la censura.
En estas condiciones surgió la Haskalá (Ilustración judía) como un esfuerzo por ajustar el judaísmo a los nuevos tiempos. La figura de Moisés Mendelssohn simboliza esta emancipación cultural. Este filósofo, producto de la nueva era, demostró que se podía dar fin al aislamiento que durante siglos había caracterizado al judaísmo, al integrarse a la cultura europea.
SU VIDA
Moisés Mendelssohn nació en Dessau, capital del Estado Anhalt en 1729. A los seis años fue inscrito en el heder (educación religiosa elemental). Bajo la tutela del rabino David Fränkel -autor de importantes obras- prosiguió con los estudios de Torá (Pentateuco) y Talmud (compendio de leyes judías). En 1743 Fränkel fue nombrado rabino de la comunidad de Berlín, capital de Prusia y Mendelssohn siguió a su maestro. En Berlín experimentó un mundo de extraños contrastes. Adquirió una educación secular e incursionó en otros campos. En un acto considerado como violación a sus deberes religiosos se inició en la lectura en alemán sobre la historia del protestantismo.
Gracias a la influencia de Gotthold E. Lessing, crítico y dramaturgo alemán, en 1754 Mendelssohn comenzó a publicar sus escritos filosóficos y críticas literarias. Sus ensayos impresionaron al círculo intelectual alemán no tanto por la lucidez de sus argumentos como por su estilo ya que no era común que un judío dominara el lenguaje alemán y que escribiera en forma tan bella. Publicó numerosas obras sobre la filosofía de la belleza y los principios de la estética y en 1767 recibió el premio de la Academia de Prusia por un trabajo en el que intentaba demostrar que las verdades metafísicas no se oponían a la razón y podían comprobarse tan lógicamente como los postulados de la ciencia. A raíz de la publicación de su ensayo se convirtió en figura de fama nacional y fue considerado como uno de los escritores líderes en Alemania.
El éxito de Mendelssohn no lo protegió del desprecio al que los judíos de la época estaban expuestos pero encontró compensación en su trabajo y en el reconocimiento que obtuvo de la élite intelectual. Con la publicación de Phädon, en la que defendía la creencia de la inmortalidad del alma contra los escépticos del tiempo, llegó a la cima de la popularidad. No obstante, a pesar del éxito de sus obras, su influencia se debió más al impacto de su personalidad que a su contribución a la literatura y filosofía alemanas. Intrigaba a todos que un judío observante pudiera ser simultáneamente un líder de la cultura europea.
Por experiencia propia Mendelssohn estaba convencido que para mejorar su condición los judíos alemanes debían distinguirse por sus actos y adquirir el refinamiento de la cultura germana. Decidió dedicar gran parte de su tiempo y energía a luchar por el bienestar de sus correligionarios. Reconocía que para integrarse a la vida política debían emanciparse culturalmente; necesitaban romper la barrera cultural y aprender alemán, para sustituir a su idioma vernáculo, el idish. Sentía que intelectualmente los judíos continuaban en la Edad Media, pero confiaba en que su nivel espiritual y cultural podía elevarse si se abrían a los tesoros de la literatura y del pensamiento germanos. con el objeto de enseñar el idioma a los judíos, Mendelssohn tradujo la Torá del hebreo al alemán. La obra, completada en 1783m causó una revolución entre los judíos alemanes y el dominio del idioma les proporcionó la llave al mundo de la literatura, la ciencia y la filosofía del que habían estado segregados. El impacto de su traducción trascendió las fronteras germanas.
Algunos oponentes no judíos de Mendelssohn rechazaron su reclamo de conceder libertad civil a los judíos, argumentando que Alemania era una nación cristiana en la que la Iglesia era extensión del Estado. Por ende sólo quienes profesaban dicha religión podía recibir la ciudadanía. Otros rechazaban su postura de que la religión era una cuestión personal y que ninguna autoridad eclesiástica podía excluir o castigar a los disidentes. Su filosofía fue desafiada tanto por judíos como por no judíos.
Para responder a los ataques, en 1783 presentó su obra Jerusalem o Poder Religioso y Judaísmo en la que adelantándose a su época abogó por la separación de Iglesia y Estado. En términos filosóficos definió y delineó sus respectivas esferas de competencia, demostrando que sus funciones y sus derechos eran distintos. El Estado, según Mendelssohn, gobierna la relación entre los hombres y cuenta con el poder para controlar y regular las acciones de sus ciudadanos, obligándolos a acatar sus leyes y castigando a quien las transgrede. Pero no puede controlar sus ideas o convicciones y no debe exigir al pueblo que profese determinadas creencias como requisito para otorgarles la ciudadanía. La Iglesia, continuaba, se preocupa por la relación del ser humano con Dios en su fe, a sus creencias y convicciones. Pero debe tener libertad de pensamiento así como el derecho a desafiar cualquier intento por controlar sus convicciones. La razón debe erigirse como el único juez del hombre, concluye.
En esta obra abordó su concepción y filosofía del judaísmo. Al igual que los racionalistas de la época sostenía que ninguna religión es válida si es contraria al raciocinio. Mendelssohn considero al judaísmo como la religión ideal precisamente porque sus principios básicos estaban en armoná con la razón. En los años posteriores Mendelssohn se dedicó a instruir a su hijo y a impartir conferencias sobre las pruebas filosóficas de la existencia divina. Murió en enero de 1786.
SU FILOSOFÍA
Como filósofo de la religión Mendelssohn no creó un sistema original sino que continuó en la tradición del racionalismo clásico de los siglos XVII y XVIII. Incorporó los temas dominantes del Iluminismo, con énfasis en la razón como el único medio por el que el hombre adquiera sabiduría. Al igual que Lockey Leibniz, distinguió entre las verdades eternas que son evidentes a la razón y las históricas o temporales que requieren de la experiencia
APORTACION A LA TRAYECTORIA JUDÍA
La influencia de Mendelssohn en el judaísmo ha sido objeto de múltiples controversias. Su importancia se centra en haber establecido un vínculo entre el mundo judío y el europeo. Su pensamiento era el de un ciudadano europeo y sus sentimientos y conducta lo
unían a su comunidad y a sus tradiciones. Su traducción bíblica acompañada de comentarios en hebreo abrió el camino a la emancipación y secularización judías al ofrecerles los tesoros de la cultura universal.
Mendelssohn intentó armonizar las enseñanzas tradicionales del judaísmo con el espíritu racionalista de la época. Su concepción de la religión como una ley revelada no fue aceptada por sus contemporáneos quienes sostenían que la legislación constituía uno de los ingredientes vitales del judaísmo pero insistían en que éste era mucho mas que un simple sistema de prescripciones legales. A pesar de esto fue el primero en reconocer y formular los problemas centrales que preocupaban a sus contemporáneos.
Sus discípulos crearon un movimiento denominado Haskalá (Ilustración) que impulsaba a los judíos a despojarse de su “mentalidad medieval” y de fomentar un renacimiento cultural. Décadas después esta corriente se difundió en toda Europa y los judíos ortodoxos lucharon en su contra por considerar que era el primer paso hacia la asimilación.
La importancia del pensamiento filosófico de Mendelssohn para el judío moderno se centra en los cuestionamientos a los que dio lugar. Generaciones posteriores han tenido que dar respuesta al dilema de cómo mantener la tradición vigente en un mundo de cambios y de nuevas tendencias.
BIBLIOGRAFÍA
Novack, Simon
Creators of Jewish Experience
B’nai B’rith, USA, 1981
Cohen, Arthur & Mendes-Flohr Paul
Contemporary Religious Thought
Free Press, USA, 1991