Isaac Abravanel es el último exponente de una corriente de pensadores que surgiera en la Península Ibérica y que se caracterizara por combinar su tarea creativa con una carrera dentro del servicio público. Representa, simultáneamente, el trágico fin de una gran comunidad así como la habilidad de ésta para adaptarse después del ocaso a sus nuevas circunstancias.
BIOGRAFÍA
Estadista, filósofo y exégeta bíblico nació en Lisboa, Portugal en 1437 en el seno de una destacada familia judía. Recibió una educación religiosa hebrea enriquecida por la aproximación a las disciplinas tradicionales, las artes y la ciencia. El estudio de las materias seculares le permitió familiarizarse con los conceptos del humanismo característicos del Renacimiento.
Hombre de negocios por tradición familiar, Abravanel recibió una fuerte influencia del ambiente liberal y cultural de su hogar. Su padre, Judah, tesorero del rey Alfonso V de Portugal, era un hombre connotado en su comunidad y en su casa se reunían judíos, cristianos y musulmanas a discutir sobre política, filosofía y religión. Esta diversidad de pensamientos imprimió su huella en Isaac quien desde temprana edad sorprendió a sus compañeros con sus ensayos filosóficos.
Al morir su padre Abravanel heredó el cargo de tesorero de la Corte. La tranquilidad que sé vivía en Lisboa terminó con la muerte del monarca en 1481. Su heredero, Joab II, estaba decidido a privar a la nobleza de su poder y establecer un régimen centralizador. La aristocracia intentó rebelarse en su contra sin lograr su cometido. Abravanel -al igual que muchos otros- fue señalado como conspirador y se vio forzado a escapar a Segura, un pequeño pueblo de Castilla cerca de la frontera portuguesa. A pesar de declararse inocente fue juzgado en 1485 in absentia y condenado a muerte.
Convencido de haber malgastado su tiempo al servicio de la Corte, Abravanel decidió dedicar el resto de su vida a los estudios de la religión. Su primer objetivo fue el de escribir un comentario sobre los profetas de la Torá (Pentateuco) que los exégetas habían descuidado.
Elaboró en muy poco tiempo comentarios sobre los libros de Josué, Jueces y Samuel. En 1484, antes de concluir los comentarios sobre Reyes, ingresó al servicio de los monarcas Fernando e Isabel de Castilla. Sus funciones eran estrictamente administrativas y financieras y carecía de influencia en los asuntos políticos. Años después, tras intentar infructuosamente de revocar el Edicto de Expulsión de los Judíos de España, Abravanel partió del puerto de Valencia hacia Nápoles, Italia.
Al completar su comentario sobre Reyes Ferrante I, monarca napolitano, lo designo para un cargo similar al que ocupara en Castilla en el que continuó a la muerte del rey bajo el régimen de su hijo Alfonso II. En 1494 el ejército francés de Carlos VIII tomó Nápoles y la biblioteca de Abravanel, traída desde España, fue destruida. Fiel súbdito acompañó al rey en el exilio a Sicilia y Corfu. En 1503 se estableció finalmente en Venecia y participó en las negociaciones entre el senado veneciano y el reino de Portugal para establecer un tratado comercial que regulara el intercambio de especies. Continuó elaborando sus comentarios hasta su muerte en Venecia en 1508. Fue enterrado en el cementerio de Padua.
SU EXEGESIS BÍBLICA
Los comentarios de Abravanel se caracterizan por carecer de explicaciones gramáticas o filológicas y por incluir largas exposiciones del contenido. Su método era completamente nuevo y en muchos aspectos era sorprendentemente moderno. A pesar de ser un hombre conservador rechazó el orden tradicional de los libros bíblicos y los clasificó de acuerdo a su contenido y a la época en que fueron escritos.
Cada capítulo de sus comentarios es precedido por un pequeño resumen con algunas preguntas sobre el contenido. Posteriormente incluye una amplia exposición en la que intenta resolver los problemas planteados en la introducción.
Su estilo es difuso y frecuentemente repetitivo. Expresa, además, su abierta oposición al racionalismo extremo así como a las alegorías filosóficas. Al explicar las razones que fundamentan los preceptos bíblicos se abstiene de dar explicaciones sociales o racionales ya que en su opinión la Torá tiene un valor intrínseco y su observancia fortalece el nexo entre el pueblo judío y Dios.
SU FILOSOFÍA
Su pensamiento filosófico se encuentra distribuido a lo largo de toda su obra. Sus comentarios son balanceados, realistas y mesurados. Al integrarlos en un todo los escritos de Abravanel representan un sistema único coherente en que se enfatiza la profecía, la historia y la política.
Profecía. Es el centro del sistema de Abravanel proporciona evidencia para sus otras creencias. En esencia su teoría se refiere a la concepción rabínica de la milagrosa comunicación de la verdad, esto es, la transmisión de la Torá -palabra divina- al hombre. Su presentación de la profecía refleja la influencia de la cosmología aristotélica y de los filósofos judíos medievales que le precedieron. Reafirma la similitud entre Moisés y otros profetas aseverando que toda profecía es producida milagrosamente por Dios y que todo sueño profético es real. Como tal, la profecía es superior a cualquier conocimiento científico, que es comprobable pero falible o natural y probable, al ceñirse a las leyes de la naturaleza.
Historia. Abravanel basa su comprensión de la historia, tanto del universo como del hombre, en las Escrituras, fuente perfecta de la verdad. Su fundamento es Dios, creador del universo. Para él las fuerzas naturales están reducidas a ángeles o demonios que ejecutan la voluntad divina.
Política. La visión política de Abravanel refleja sus convicciones religiosas. La necesidad de un estado es temporal, nace de la expulsión de Adán del Paraíso y termina con la era mesiánica. Como producto del exilio espiritual ningún estado es perfecto ni provee la salvación. El estado debe servir a las necesidades espirituales y políticas de sus habitantes. Debe seguir los principios de la ley mosaica e incluir dos sistemas legales: el civil, con las cortes, y el eclesiástico, con los profetas, sacerdotes y levitas.
BIBLIOGRAFÍA
Encyclopaedia Judaica
Keter Publishing House, Israel, 1981
Novack, Simon
Creators of the Jewish Experience
B’nai B’rith Books, USA, 1985