Tribuna Israelita

Motivos antisemitas en la ideología de Hamás y Hezbolá

El término antisemitismo denota una persistente y profunda actitud negativa hacia los judíos, cuyas causas radican en fenómenos sociológicos y posturas teológicas, que llegan a convertirse en un prejuicio tanto étnico como racial.
El antisemitismo se desarrolla básicamente en un entorno occidental. No existía en el mundo musulmán tradicional. Bajo el Islam los judíos vivían como dhimmis, ciudadanos de segunda clase, y a pesar de ser un status discriminatorio garantizaba la seguridad de sus vidas y sus propiedades como minoría religiosa, siempre y cuando pagaran los impuestos correspondientes y no infringieran las leyes islámicas.
De hecho, el antisemitismo es un fenómeno relativamente nuevo en el mundo árabe.

El odio al judío en este contexto se gestó hasta fines del siglo XIX y principios del XX como consecuencia de tres factores: en primera instancia, la infiltración de conceptos y prejuicios europeos. En segundo lugar, el colapso de los sistemas políticos tradicionales y el surgimiento de estructuras nacionalistas menos tolerantes en su relación con minorías étnicas y religiosas. Y por último, el conflicto gestado en torno a la creación del Estado judío.
La hostilidad hacia Israel y el sionismo en el contexto islámico se fue transformando gradualmente en un odio profundo e irreconciliable que no distingue entre israelíes, sionistas y judíos.

EL CASO DE HEZBOLÁ
   Durante los últimos años los extremistas musulmanes, con sede en Líbano, lograron atraer la atención mundial por sus actividades terroristas, su ideología radical y su relación con la República Islámica de Irán.
De acuerdo a sus principios, el Hezbolá -Partido de Dios- es una “nación que une a los musulmanes de todo el mundo a través de un profundo nexo ideológico y político llamado Islam”. Sus líderes pretenden reemplazar el concepto occidental de nación-estado por un “hezbolá” que vincule a la comunidad de creyentes o umma bajo el liderazgo de un jurista (wilayat al-faqih), que es la máxima autoridad religiosa. A pesar de que en teoría todo musulmán es por definición un miembro del movimiento, en la realidad los seguidores son -en su mayoría- libaneses shi’itas.
Hezbolá comenzó sus operaciones en 1982 con la ayuda de la Guardia Revolucionaria Iraní, como una red de agrupaciones militares, políticas y sociales. Con el paso del tiempo se transformó en una entidad organizada con un vasto apoyo popular. Es dirigida por un consejo consultivo (shura) constituido por siete áreas operativas que trabajan bajo la más estricta disciplina interna. Sus parámetros de acción son adoptados por el consejo y aprobadas por Irán.
En un principio los integrantes del movimiento se agrupaban en pequeñas unidades militares. Hoy en día, Hezbolá mantiene centros de comando, bases de entrenamiento y fuerzas militares compuestas por cerca de 5,000 efectivos. Irán continúa fungiendo como el principal promotor tanto financiero como ideológico.

Dogmas y Principios
   Hezbolá asimiló la doctrina de la República Islámica de Irán, jurando lealtad a su líder, el Ayatola Ruola Khomeini y a su heredero Ali Khamaneh’i. El Islam es considerado un sistema social y político semejante al marxismo o a cualquier ideología occidental que “ofrece una alternativa para solucionar los problemas del pueblo”.
La ideología del movimiento funciona a través de diversos círculos. Se inicia en el centro, con la comunidad shi’ita oprimida, para proceder a la sociedad libanesa, al mundo islámico hasta incluir a los oprimidos de todo el orbe.

Entre sus objetivos están:

  1. Abolir el sistema confesional en Líbano y transformar al país en un Estado islámico en el que impere la justicia, la igualdad, la paz y la seguridad por medio de la aplicación de la Sharía (código legal).
  2. Combatir al nacionalismo, al imperialismo y a la arrogancia occidental y liberar a todos los pueblos oprimidos.
  3. Alcanzar la unidad para poder transformar al Islam en el gobierno mundial.
  4. Negar la existencia del Estado de Israel y lograr la liberación de Jerusalem.

La Demonización de Israel
   La liberación de Jerusalem y lo que se considera Palestina (todo Israel) es percibida por Hezbolá como un elemento central en su esquema ideológico. El antagonismo hacia Israel y los judíos constituye una guerra de vida o muerte que abarca tres aspectos:

  1. El conflicto entre los ”arrogantes” y los “oprimidos”
  2. La lucha cultural entre Occidente y el mundo islámico
  3. La batalla histórica entre judaísmo e Islam Estados Unidos -el “Gran Satán”- es percibido como un obstáculo a la unidad musulmana, como la raíz del mal y la violencia en el Medio Oriente; de ahí que es necesario erradicarlo. Israel, por su parte, es considerado un instrumento de Occidente, la punta de lanza de este último en el mundo islámico. El “pequeño Satán” es el enemigo a combatir, el cáncer a extirpar. Tanto los judíos como los norteamericanos son representados como el “Partido de Diablo”.

En la prensa y los medios electrónicos se publican caricaturas antisemitas. A la vez, el Estado judío es descrito como una entidad racista, traidora y bárbara.

Las Diferencias entre el Sionismo y los Judíos
   En su retórica, los líderes de Hezbolá intercambian libremente los términos “judíos” y “sionistas”. En una entrevista Husayn Fadlallah -una de las altas autoridades- explica que el judaísmo, como el cristianismo, es una religión reconocida. El Islam llama al diálogo con los judíos así como con los cristianos, ya que ambos forman el “pueblo del libro”.
Por el otro lado existe Israel que es una manifestación del “sionismo internacional” cuyo objetivo es ocupar tierras islámicas y constituye una agresión contra los musulmanes. El líder musulmán apoya sus puntos de vida en referencias del Corán que hablan de la naturaleza corrupta y agresiva de los judíos donde los caracteriza como asesinos de los profetas.

Jerusalem: La Construcción de un Mito
   Tras la Guerra de los Seis Días en 1967, la centralidad de Jerusalem adquirió dimensiones mitológicas para el mundo árabe y particularmente para los movimientos fundamentalistas. Hezbolá percibe la liberación de la Ciudad Santa como la esencia de su lucha. Continuando con la línea de Khomeini, conmemora el “Día de Jerusalem” el último viernes del mes sagrado de Ramadán, con marchas y manifestaciones. Es considerado el “Día del Resurgimiento del Islam” en el que todo musulmán deberá estar preparado para confrontar a Israel.
Jerusalem es percibida como el reflejo de la fuerza o la debilidad de la nación islámica.
Históricamente es considerada una de las tres ciudades sagradas; emocionalmente es el elemento capaz de movilizar a las masas.

EL CASO DE HAMAS
   Hamas -acrónimo del Movimiento de Resistencia Islámica- es una organización fundamentalista islámica que se autodefine como el brazo militar de la Hermandad Musulmana. Su principal objetivo es la “Liberación de Palestina, la tierra y el pueblo, de la ocupación israelí y la creación de un Estado palestino islámico”.
Activo en la Franja de Gaza desde 1950, ha obtenido mayor fuerza a través del establecimiento de mezquitas y de diversas organizaciones de caridad. Durante la década de los ochenta se convirtió en un importante factor político y en un desafío a la poderosa Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
En 1987 adoptó una línea más nacionalista. En noviembre de 1988, en un primer intento por sistematizar su ideología, Hamas publicó su pacto. En éste presenta el problema árabe-israelí no como un conflicto nacional o territorial, sino como una lucha histórica, religiosa, cultural y existencial entre la “verdad y la falsedad”. A través de la guerra santa o Jihad se combate a los infieles y se logra la victoria o el martirio.
Por medio de folletos que reparten entre la población de la Franja de Gaza y la Margen Occidental, los integrantes del movimiento exponen sus teorías antisemitas y antisionistas.

Terminología
   La propaganda de Hamas es una mezcla de antisemitismo occidental y retórica islámica. Para hablar de los judíos utiliza términos tales como “asesinos de los profetas”, “sanguijuelas”, “cobardes”, “nazis”, “enemigos de Dios y de la humanidad”, “usureros” y “rateros”. A la vez reproduce versículos del Corán con el objeto de reforzar la imagen negativa de los judíos.
Estos folletos son distribuidos durante las festividades islámicas o en eventos históricos, como la batalla de Badr (624 e.c.) símbolo del triunfo de la minoría sobre la mayoría o en conmemoración de sucesos históricos recientes como la Declaración Balfour (1917) o la Guerra de los Seis Días. Israel es caracterizado como waqf (propiedad religiosa) que pertenece a los musulmanes, por lo que debe permanecer, en su totalidad, bajo dominio árabe.
A los judíos se les permitirá vivir como minoría religiosa y no como una entidad política. 

BIBLIOGRAFÍA

Kramer, Martin
The Salience of Islamic Fundamentalism
Institute of Jewish Affairs, Great Britain, 1995

Webman, Esther
Anti-Semitic Motifs in the Ideology of Hizballah and Hamas
Tel Aviv University, Israel, 1994

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