Tribuna Israelita

Los protocolos de los sabios de Sión
Los protocolos de los sabios de Sión

La primera versión de Los Protocolos de los Sabios de Sión se publicó en Rusia en 1905 en un diario antisemita. La obra contenía las supuestas actas del Congreso Sionista de Basilea de 1897 en donde se establecieron los “planes secretos de los líderes judíos para dominar el mundo”. En 1921 Phillip Graves, corresponsal del London Times, demostró que Los Protocolos de los Sabios de Sión eran falsos, que estaban basados en los trabajos de Maurice Joly, un abogado francés que en 1865 publicó un libro que pretendía desacreditar al Segundo Imperio de Napoleón III a través de un diálogo entre Montesquieu y Maquiavelo, motivo por el cual fue encarcelado. El texto de Joly no tenía relación con los judíos. Fue copiado por Sergei Nilus, un terrateniente que, habiendo perdido toda su fortuna en Francia, regresó a su natal Rusia y permaneció en diversos monasterios. En 1900 Nilus escribió un libro muy bien acogido en el que relataba cómo se transformó en creyente. Gracias a esta obra llegó a convertirse en confesor de los Zares. 

 

Nilus adoptó la obra de Joly para culpar a los judíos de los males que aquejaban al pueblo agregando, además, que la revolución rusa era una obra inspirada y dirigida por éstos últimos. A pesar de que se ha demostrado que Los Protocolos de los Sabios de Sión son un fraude éste ha tenido una extraordinaria difusión, ya que existen diversas versiones en varios idiomas que circulan por todo el mundo. Los argumentos que utilizan los Protocolos de los Sabios de Sión han sido empleados constantemente para fomentar el antisemitismo en Rusia antes y después de la Revolución. También tuvieron amplia difusión en la Alemania nazi y hasta nuestros días siguen ejerciendo su perniciosa influencia en diversos sectores de la opinión pública internacional. En 1990 fueron prohibidos en el panorama editorial de Francia a raíz de la ola antisemita que cimbró a esa nación. Se ha comprobado que, en realidad, las actas del Congreso de Basilea sólo contienen las propuestas judías para asentar su hogar en Palestina. Sin embargo, en la actualidad, este documento forma parte de la literatura antisemita clásica distribuida tanto por grupos de extrema derecha como de izquierda. Incluso algunos líderes árabes como Muamar Khadaffy lo regalan a sus visitantes en un supuesto afán de explicar las causas del conflicto árabe-israelí.