Tribuna Israelita

Revisionismo del Holocausto: reinventando la gran mentira

“…Una pequeña omisión, distorsión aquí y allá y qué fácil es reescribir la historia” . Walter Laqueur, historiador

     En últimas fechas y a resultas del resurgimiento del nazismo en el mundo han empezado a circular con mayor intensidad publicaciones que ponen en tela de juicio la veracidad del Holocausto. Más aún, los exponentes de estas descabelladas teorías “revisionistas” han invertido considerables esfuerzos para difundirlas en foros respetables.
¿Quiénes son estos revisionistas y que hay detrás de sus esfuerzos por desafiar la memoria histórica?

     No había transcurrido siquiera medio siglo desde el final de la segunda guerra mundial cuando un grupo de propagandistas antisemitas ya había establecido un movimiento con el propósito de negar el genocidio nazi en base a una serie de mentiras y distorsiones. Con el pasar de los años esta corriente conocida como “Revisionismo del Holocausto”, que niega el exterminio de seis millones de judíos orquestado por el Partido Nacional Socialista, se ha ido convirtiendo en un arma constantemente utilizada por grupos extremistas antijudíos que operan en todo el mundo.
Este movimiento tiene tres metas básicas:
1. Desarrollar nuevas formas de expresión para los temas antisemitas tradicionales, especialmente en lo que concierne a las teorías conspiratorias que acusan a los sionistas/judíos de supuestamente manipular la prensa y las instituciones políticas y económicas.
2. Rehabilitar la reputación del Tercer Reich y de sus líderes.
3. Atacar y socavar la legitimidad del Estado de Israel.
Las “autoridades” de este movimiento pseudoacadémico sostienen que las cifras de la población judía masacrada durante la segunda guerra mundial, las fotografías, así como todas las demás evidencias de las atrocidades perpetradas en los campos de exterminio, son en realidad falsificaciones. Dichos argumentos son aceptados y apoyados por antisemitas convencidos, neonazis, “cabezas rapadas” y grupos de supremacía blanca como el Ku Klux Klan en Estados Unidos quienes con regularidad promueven este material. Además de circular sus publicaciones los revisionistas buscan credibilidad en foros académicos. No obstante, en la mayoría de los casos, sus esfuerzos han concitado la condena generalizada.
En los últimos años algunas teorías revisionistas han sido desarrolladas por historiadores reconocidos en Alemania y los Estados Unidos quienes aducen no tener ninguna motivación antisemita. Esta escuela historiográfica reconoce la veracidad del Holocausto pero a la vez intenta relativizarlas políticas genocidas nazis y desafía toda explicación anterior. Estas teorías han sido creadas con el objeto de minimizar la responsabilidad central de Alemania en el genocidio de los judíos o de definir la política de exterminio nazi como un subproducto del fracaso del conflicto con la URSS. Otro recurso utilizado por estos grupos ha sido el de trivializar el Holocausto al compararlo con otros eventos históricos.

EL INSTITUTO DE REVISIONISMO HISTORICO (IRH)
El llamado “Instituto de Revisionismo Histórico” (IRH) fundado en 1977, ha servido de “pantalla” al movimiento que niega la realidad del Holocausto. Bajo un “disfraz” intelectual el IRH recibe numerosas solicitudes de afiliación y distribuye una gran variedad de material antijudío. El IRH, con sede en Costa Mesa, California, EUA, realiza convenciones anuales en las que sus “expertos” presentan los resultados de sus “investigaciones”. A dichas reuniones asisten revisionistas de Francia, Suecia, Alemania, Italia, Australia y América Latina, lo que refleja el alcance internacional del fenómeno.

REVISIONISMO EN GRAN BRETAÑA
Sin duda alguna, a la fecha, el más conocido revisionista es el autor inglés David Irving quien ha escrito una variedad de libros negando el Holocausto. En sus obras, intenta humanizar la figura de Hitler, denigrar a los aliados y satanizar a los líderes nazis. En sus apariciones en radio y televisión Irving cuestiona la veracidad del conocido Diario de Ana Frank.
Por otra parte William David McCalden, quien naciera en Belfast, Irlanda del Norte y se estableciera posteriormente en Inglaterra, fundó el Partido Nacional Británico, movimiento neonazi, exponente del nacionalismo racial. Durante años trabajó como director incógnito del IRH bajo el nombre de “Lewis Brandon”. En 1981 ofreció una “recompensa” de $50,000 dólares a quien “comprobará” que los nazis utilizaron las cámaras de gas para cometer asesinatos masivos. La recompensa fue reclamada por un sobreviviente de Auschwitz, Mel Mermelstein, quien demandó al IRH cuando éste se negó a pagar el dinero. En julio de 1985 Robert Wenke, juez de la Corte Superior de Los Angeles, dictaminó que el IRH tenía que pagar la “recompensa” a Mermelstein más $40,000 dólares por los daños ocasionados.
Desde 1982 McCalden abandonó el IRH pero continúa promoviendo material revisionista. Entre éste se encuentra Exilio de la Historia, un documento de 40 páginas en el que afirma que el antisemitismo es ocasionado por el auto-odio judío y que el Holocausto nunca existió.

REVISIONISMO EN ALEMANIA
Paralelamente al resurgimiento en Alemania de un movimiento que pretende restaurar el espíritu nacionalista, un grupo de historiadores introdujo una corriente que intenta exonerar a la nación germana de los crímenes cometidos por el Tercer Reich y encontrar elementos de “racionalidad” en la política de exterminio. Estos historiadores, entre los que se incluyen Enrst Nolte y Hellmut Diwald, argumentan que otros países han cometido atrocidades similares y que es injusto particularizar el genocidio judío como si fuera un evento histórico singular.
Ernst Nolte en un escrito publicado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung en 1986, aseguró que la atención que reviste el tema del Holocausto sirve a los “intereses de los perseguidos, así como de sus descendientes, que se encuentran en un status privilegiado”. Nolte visualiza la política de aniquilamiento nazi como una reacción a la amenaza que representaba la URSS y considera que la campaña antijudía fue simplemente un subproducto de la guerra contra los comunistas. Para él Auschwitz, el campo donde fueron exterminados millones de judíos, debe ser considerado como una copia refinada del Archipiélago Gulag. Concluye diciendo que los alemanes no deben sentirse “excepcionalmente culpables” por su pasado.

REVISIONISMO EN CANADÁ
Los casos de revisionismo histórico en Canadá han aumentado considerablemente en las últimas dos décadas. Durante los 80’s dos “revisionistas”, Ernst Zundel y Jarnes Keegstra, fueron juzgados de acuerdo con el Código Criminal de Canadá. Zundel fue consignado, como dice la sección 17 de esta legislación, “por publicar con conocimiento de causa, información falsa que puede ocasionar daño social o intolerancia racial”. A través de su material que se distribuye en todo el mundo defiende a Hitler y niega el Holocausto. En 1981 fue identificado por el Estado alemán como uno de los más grandes editores de propaganda nazi y en 1985 fue condenado a 15 meses de prisión.
Keegstra, por su parte, fue declarado culpable de “promover el odio hacia un grupo definido, los judíos”, (sección 281.2) a pesar de lo cual sigue promocionando su material.

REVISIONISMO EN FRANCIA
Robert Faurisson, exprofesor de Literatura Contemporánea en la Universidad de Lyon, Francia, es un antiguo revisionista. En sus numerosos trabajos afirma que nunca existieron cámaras de gas en Auschwitz ni en ninguna otra parte. En 1983 fue sentenciado a tres meses de prisión por difamación racial y en 1988 el gobierno francés y diversas organizaciones de derechos humanos presentaron una demanda contra Faurisson y Pierre Guillaume y Carlo Mattogno, también revisionistas franceses, por publicar información que puede alterar la paz pública.
Henri Roques, por su parte, se convirtió en el centro de una controversia con la publicación de su tesis doctoral aprobada por la Universidad de Nantes. Roques, un agrónomo de 65 años, escribió su disertación sobre las cámaras de gas en Auschwitz negando que fuesen utilizadas para el asesinato masivo de judíos. En 1986 el ministro de Educación Superior francés, Alan Devaquet, invalidó su tesis.
Entre los más burdos ejemplos de revisionismo del Holocausto en foros públicos en los últimos años se encuentran los discursos de Jean-Marie Le Pen, líder del partido de ultraderecha Frente Nacional Francés. Le Pen ha minimizado la magnitud de las atrocidades cometidas contra los judíos e intenta plantear la duda sobre las dimensiones del Holocausto.

REVISIONISMO EN SUECIA
En noviembre de 1992 Ahmed Rami, extremista musulmán encarcelado en 1989 por sus transmisiones antisemitas en radio y director de Radio Islam en Estocolmo, anunció que realizaría una conferencia internacional “antisionista” con la participación de conocidos revisionistas como David Irving y Robert Faurisson, así como de 300 delegados de países islámicos y miembros de los grupos fundamentalistas Hezbollah y Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica).
Su declaración coincidió con reportes de vandalismo en dos cementarios judíos que consistieron en la mutilación de 52 tumbas en Solna, una isla en Suecia y de 92 lápidas en Sorda, localidad cercana a Estocolmo. La televisión sueca transmitió, a la vez, imágenes de 250 neonazis manifestándose contra los judíos.
Carl Bildt, primer ministro del país, expresó su condena ante tales actos antisemitas e Ingvar Carlsson, líder socialdemócrata, declaró que Suecia debía prohibir la entrada a estos grupos “académicos” de ultra-derecha.
No obstante el embajador de Suecia en Estados Unidos, Andres Thunborg, expresó su apoyo a la libertad de expresión aun si en ocasiones “beneficia a grupos que no están asociados con los valores de una sociedad abierta y democrática”.
Posteriormente las autoridades suecas confirmaron que el “congreso fue pospuesto”. Rami insiste, sin embargo, en que esta reunión de “antisionistas” se realizará en otro país europeo.

REVISIONISMO DE IZQUIERDA
Esta postura, tipificada en el trabajo del escritor Lenni Brener, sostiene que existía un vínculo cercano entre elementos del partido nazi y del movimiento sionista. Afirma que los sionistas estaban dispuestos a fomentar y explotar el antisemitismo en Europa para impulsar la creación del Estado judío y que incluso llegaron a proponer alianzas con la Alemania nazi.
La tesis de Brenner sirve como herramienta propagandística para socavar a Israel. Su postura ha sido acogida por la izquierda radical norteamericana, así como por los grupos neofascistas de derecha.

CONCLUSIÓN
     No cabe duda que la labor desplegada por estos “revisionistas”, aun a pesar de que actualmente se cuenta con el testimonio de primera mano de los sobrevivientes del genocidio judío, conlleva riesgos muy serios en relación al futuro de la humanidad. Reescribir la historia implica desecha la responsabilidad individual o colectiva en episodios que como el Holocausto significaron para el mundo la transgresión de toda norma civilizada.
La historia, como sucede hoy en día, puede repetirse. En el caso del Holocausto el problema se complica por tratarse los judíos de una minoría tradicionalmente perseguida por el azote del antisemitismo.
Aunque existen intentos legítimos y permanentes por parte de las distintas escuelas historiográficas de revisar la historia, el revisionismo del Holocausto no merece ser incluido dentro de este esfuerzo. Ninguna corriente que se precie de su seriedad académica puede negar hechos incontrovertibles de la magnitud del Holocausto. Equivaldría a cuestionar sucesos irrefutables de la magnitud, por ejemplo, de la Revolución Industrial, de la Rusa, o de la Mexicana.

BIBLIOGRAFIA:

Holocaust “Revisionism”
ADL Research Report, USA, 1989.

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