La mayoría de las imágenes nazis son fácilmente reconocibles y asociadas con el Holocausto, el antisemitismo, el racismo, la discriminación, el genocidio, el discurso del odio y el mal. Ya sean símbolos de propaganda como la esvástica u objetos físicos o lugares que se asocian con la acción del genocidio, como los campo de exterminio, las vías del tren o las insignias militares.
Es cierto que la comprensión común y la familiaridad de estas imágenes propicia su uso para la difusión de la conciencia a través de esfuerzos educativos. Sin embrago, también ha dado lugar a que se utilicen indebidamente de manera que distorsionan el registro histórico, banalizan y normalizan el horror, minimizan la tragedia, le faltan al respeto a las víctimas o con malos propósitos políticos que sirven como cobertura de prejuicios y odio.
Razones por las que se debe condenar el uso indebido de los símbolos nazis:
- Respeto a las víctimas y sus familias: El Holocausto fue un periodo de sufrimiento extremo y atrocidades inimaginables que afectaron a millones de personas, incluyendo seis millones de judíos. El uso irrespetuoso de imágenes o símbolos relacionados con este evento puede ser profundamente ofensivo para las víctimas que sobrevivieron, así como para sus familias y comunidades.
- Preservación de la memoria histórica: El Holocausto es un evento histórico crucial que debe ser recordado y comprendido con respeto y sensibilidad. El mal uso de sus imágenes o símbolos puede trivializar o distorsionar la realidad de lo que ocurrió, opaca la importancia de recordar este capítulo oscuro de la historia humana.
- Prevención de la negación, banalización y la normalización: Utilizar imágenes o símbolos del Holocausto de manera inapropiada puede llevar a la banalización de su significado y la normalización de su horror, e inclusive a su negación. Esto puede desensibilizar a las personas ante la gravedad de lo sucedido, lo que a su vez puede facilitar la repetición de actos similares en el futuro.
- Lucha contra el antisemitismo y la discriminación: El uso irrespetuoso de imágenes o símbolos del Holocausto a menudo va de la mano con manifestaciones de antisemitismo y discriminación. La trivialización o la manipulación de estos símbolos pueden alimentar prejuicios y estereotipos hacia la comunidad judía u otras minorías, lo que resulta en un aumento del odio y la discriminación.
- Uso con propósitos políticos o de odio: Cuando se emplean imágenes del Holocausto para respaldar agendas políticas discriminatorias o para criticar políticas de opositores. Por ejemplo, comparar a líderes contemporáneos o grupos con figuras o eventos del régimen nazi. Esta táctica para deslegitimar o desacreditar de manera injusta y sin fundamentos alimenta la desinformación, provoca divisiones y polarización en la sociedad, generando un ambiente hostil en el que el diálogo político se ve obstaculizado por la exageración y la desinformación.
La libertad de expresión no es un derecho absoluto y admite restricciones. Los estándares internacionales señalan que una de las expresiones que pueden ser restringidas son aquellas que inciten al odio, la violencia y la discriminación, o que hagan apología a la guerra.
A pesar de estar reconocido como un derecho universal, éste incluye aclaraciones y salvaguardas específicas que resaltan límites al mismo, derivados del respeto a otros derechos y a las leyes que lo desarrolle, entre ellos el discurso de odio y la discriminación, mismos que no pueden protegerse a través de dicho derecho.
Aunado a lo anterior, la libertad de expresión en el uso de imágenes también está limitada en el mismo sentido, si es utilizada como apología al odio o incluso si atenta contra la dignidad de los demás.
Ante el hecho inequívoco que los símbolos nazis, como la esvástica, tiene una connotación histórica plenamente identificable, que representa un discurso de odio extremo consistente en la superioridad de la raza aria y el exterminio de otras razas consideradas como inferiores; que recuerda al régimen nazi, sus políticas de exterminio, la idea de superioridad racial y el antisemitismo, su exhibición no debe concebirse como un problema de libertad de expresión si no como una afectación y afrenta directa a los judíos y por supuesto a la humanidad entera.