Tribuna Israelita

Paracaidistas de Eretz Israel, se enlistaron en el ejército británico. Comité de Difusión e Imagen, Asociación Yad Vashem México

A comienzos de 1939, el gobierno británico anunció drásticamente su política de fuerte restricción de la inmigración judía a Palestina, que gradualmente se convertiría en un país independiente. La Agencia Judía rechazó con énfasis el muy pro-árabe Libro Blanco del año 1939; los Libros Blancos eran informes oficiales de una comisión del gobierno británico, publicados como resultado de una comisión investigadora. En septiembre de 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, David Ben Gurión, entonces presidente de la Agencia Judía declaró: “Vamos a luchar en la guerra contra Hitler como si no hubiera Libro Blanco, y vamos a luchar contra el Libro Blanco como si no hubiera guerra.”

La declaración de Ben Gurión del año 1939 marcó el tono de la política de la Agencia Judía y sus operaciones durante la Segunda Guerra Mundial.
En cuanto el Yishuv de Eretz Israel se enteró del asesinato de los judíos europeos, la Agencia Judía planeó infiltrar agentes a través del ejército británico y así rescatar al mayor número de judíos. Los británicos estaban conscientes de cuál era la motivación de estos voluntarios, pero tomando en cuenta que muchos de ellos provenían de distintos países de Europa y, por lo tanto, dominaban varios idiomas, aceptaron incluirlos como contacto con los partisanos.
La actividad en Europa de los paracaidistas judíos de Palestina representó una parte muy importante de la colaboración del Yishuv, en la lucha contra los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Doscientos cincuenta se ofrecieron como voluntarios, de los cuales se escogieron solo treinta y siete, tres de ellos mujeres: Hanna Szenes, Haviva Reik y Surika Braverman, la única en volver a casa. Su misión era rescatar prisioneros de guerra aliados en la Europa ocupada por los nazis. Paralelamente, tenían órdenes de la Haganá de organizar la resistencia judía.
Los nazis fusilaron a siete de los paracaidistas, entre ellos, Hanna Szenes, con apenas 23 años, procedente de Hungría; murió el 7 de noviembre, en la prisión de Budapest; Haviva Reik, de Yugoslavia, murió el 20 de octubre y Enzo Sereni de Italia, fue capturado inmediatamente de su salto y fusilado en el campo de concentración Dachau, el 18 de noviembre de 1944.
Entre ellos se encontraba también Abba Berditchev, quien entró a Palestina ilegalmente desde Rumania, y fue detenido y confinado en un campo de detención británico. En 1943 se ofreció como voluntario y fue enlistado como paracaidista. Berditchev no logró llegar a Rumania y regresó a Bari, Italia. En agosto de 1944 viajó a Slovakia donde participó en la rebelión nacional. Después de dos meses de lucha en las montañas fue capturado por los alemanes y transferido a Mauthausen en diciembre de 1944 junto con otros compañeros, ahí fue torturado brutalmente. En enero de 1945 fue asesinado por los nazis.
Tzadok Doron (Drugoyer) llegó a Yugoslavia, donde sirvió en la unidad británica como enlace, trabajando con los partisanos. Después de la rendición de Rumania Doron fue enviado a Bari, Italia. Se suponía que sería transferido a Budapest, tras de la rendición de Hungría junto con su amigo Chaim Yaari, pero este plan nunca se llevó a cabo y en enero de 1945 regresó al Cairo.
Chaim Yaari (Waldner) fue enviado a Austria en la primavera de 1945 con la orden de buscar a oficiales británicos desaparecidos y otros prisioneros británicos. Al concluir la guerra Yaari ayudó a preparar botes para el movimiento Haapalá en Italia, como agente de la Aliyá Bet. En junio de 1945 abandonó Italia. Con el establecimiento del Estado de Israel Yaari fue comandante en la división 13 de la División de Inteligencia, que se convirtió más tarde en Servicios de Inteligencia del Ejército Israelí. Su unidad llevó a cabo misiones especiales en territorio enemigo. También sirvió en otros puestos en los servicios de seguridad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados judíos con diferentes uniformes lucharon en todos los cuerpos llegando incluso a posiciones de mando. Hubo entre ellos generales, almirantes, pilotos, tanquistas, paracaidistas y en servicios de inteligencia. Muchos de ellos se hicieron merecedores centenares de medallas al valor.
Después de la guerra, los siete paracaidistas que perdieron sus vidas durante la contienda fueron enterrados en el Cementerio Militar de la Nación en el monte Herzel.


 Yad Vashem Photo Archives 4922/74
   De izquierda a derecha: Tzadok Drugoyer-Doron, Abba Berditchev y Chaim Yaari, miembros del grupo de judíos de Eretz Israel, voluntarios en el ejército británico. 

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