Estimados representantes del Gobierno de la Ciudad de México,
Miembros del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México,
Estimados amigos representantes de la comunidad judía de México, de Comité Central, Tribuna Israelita, y del Centro de Estudios Multisensoriales,
Bienvenidos y gracias por permitirme dar unas palabras.
El día de ayer, en el Día Internacional del Holocausto, conmemoramos el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz por parte de los aliados.
Recordamos a las víctimas, recordamos a los sobrevivientes y recordamos a los valientes soldados que vinieron de todo el mundo para enfrentar y vencer al mal.
La liberación de Auschwitz no fue solo la liberación de los sobrevivientes del campo. Sino que también fue la liberación de toda la humanidad de la peor forma de maldad que se ha conocido.
Sin embargo, la liberación de Auschwitz no nos libera de la responsabilidad de recordar dicha maldad.
De hecho, representa el comienzo de nuestra responsabilidad de recordar.
Recordar que el hombre es capaz de hacer el mal;
Recordar que cuando se permite que florezca el antisemitismo, este puede tomar la vida de millones de personas;
Y recordar, para que nunca vuelva a suceder.
Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto y premio Nobel de la paz, dijo en la ceremonia para conmemorar el 50 aniversario de la liberación de Auschwitz:
“Al reflexionar sobre el pasado, debemos dirigirnos al presente y al futuro … Por el bien de nuestros hijos, debemos recordar Birkenau, para que no se convierta en su futuro”.
Ahora es el momento de dirigirnos al presente y al futuro.
La historia nos ha sentenciado a todos a recordar. Ahora es el momento de exigir que las naciones del mundo internalicen las lecciones de la historia y luchen contra las fuerzas del odio y el antisemitismo.
Solo si aprendemos de las lecciones del pasado, podemos proteger nuestro futuro.
Muchas gracias por su atención.