Decía Elie Wiesel que “el ser humano no puede vivir sin sueños. Tampoco puede vivir sin esperanza. Los sueños representan el pasado y la esperanza representa el futuro”.
Queridos amigos todos. Muy buenas noches.
El Holocausto es un tema muy difundido a nivel mundial. Conocemos cifras, historias, testimonios. Se han edificado monumentos, museos, bibliotecas y centros de estudio. Hay una gran cantidad de películas, de libros, fotografías y documentos.
Pero, pese a todos los esfuerzos por transmitir las lecciones del Holocausto para contribuir a la paz y a la convivencia entre los pueblos, la sombra del odio, del racismo, de la xenofobia y el antisemitismo subsiste, avanza y se expande todavía por el mundo.
Desde que el Holocausto llegó a su fin se han vuelto a cometer innumerables crímenes de odio y actos de violencia contra comunidades e individuos por motivos raciales, étnicos, nacionales o religiosos.
La conmemoración anual del Holocausto que se realiza cada 27 de enero, es una fecha internacional, designada por la ONU, que remite al Holocausto como tragedia humana, sin alusiones específicas a los pueblos, naciones, preferencias o credos de sus mártires y víctimas. Es un día para sensibilizar acerca de la intolerancia, el odio y la violencia que se ciernen contra cualquier persona, en cualquier rincón del mundo.
Pero permítanme hacer un paréntesis, en esta ocasión, para referirme en particular al tema del antisemitismo, esa indescriptible aversión contra el pueblo judío que se renueva una y otra vez y que está cobrando cada vez más fuerza.
Tan sólo en el último año se registraron actos terroristas contra judíos en Europa y Norteamérica, agresiones violentas en Canadá, Italia, Alemania, Gran Bretaña y Francia, y un enorme incremento en la incidencia de episodios antisemitas en Estados Unidos, incluyendo atentados en San Diego y Nueva Jersey, así como los recientes ataques en la ciudad de Nueva York.
Tomando en cuenta el auge del antisemitismo, el Estado de Israel convocó el pasado jueves a una conmemoración por el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, en la que participaron los delegados de alrededor de 50 países, incluyendo a 41 jefes de estado, cuatro reyes y los presidente de la Unión Europea, de su Parlamento y su Consejo.
Uno de los mensajes que surgieron de este evento, se resume en las siguientes palabras: El antisemitismo no es solo el problema de los judíos sino de la sociedad en su conjunto y cuando los judíos o cualquier grupo están en peligro, las sociedades también lo están.
Y es que, si bien, la memoria nos remite a eventos del pasado, pero su valor depende de lo que hagamos con ella en el futuro.
No podemos permanecer indiferentes ante el inminente peligro que corren numerosas comunidades en México y el mundo a causa de la discriminación y la intolerancia.
No podemos permanecer callados frente a la barbarie que subyuga a miles de seres humanos hoy en día, porque una de las grandes lecciones del Holocausto es que tan graves son los crímenes que se perpetran como el silencio y la indiferencia que los amparan.
En Yad Vashem estamos comprometidos con la encomiable labor de educar a las futuras generaciones para garantizar que se recuerde por siempre el Holocausto, con el firme propósito de que nunca jamás se repita.
Y decimos en voz alta Nunca Jamás.
Muchas gracias.