Tribuna Israelita

Neonazismo en Europa: una sombra perniciosa

Aún no se habían acallado las armas mortíferas de la segunda guerra mundial que segaron la vida de decenas de millones de seres humanos cuando estaba ya surgiendo el primer partido neonazi en la tierra que dio aliento a sus precursores. Sus fundadores se habían comprometido a continuar la lucha en la clandestinidad debido a que el movimiento nacional socialista había quedado totalmente desacreditado ante los ojos del mundo. Sin embargo, con un agudo conocimiento de la memoria humana, reconocían que ésta es corta e inconstante y que las vicisitudes del acontecer individual y nacional tornarían los postulados nazis en un imán irresistible para aquellos desesperados por su diaria existencia.

Características Generales de los Neonazis
   El término neonazi es, en el mejor de los casos, impreciso ya que el movimiento nazi nunca desapareció y mantuvo vigentes su actividad y sus postulados iniciales a los que fue incorporando consignas de los nuevos tiempos que se viven.
Históricamente la gran mayoría de estos movimientos -independientemente de sus rasgos particulares-  se han caracterizado por su racismo y en especial por su antisemitismo. De hecho, en los últimos años las organizaciones de extrema derecha han perpetrado miles de ataques contra judíos y otras minorías. Más de medio siglo después de la victoria sobre los regímenes nazifascistas en Europa, grupos e individuos de distintos países proclaman su adherencia a éstas ideologías antidemocráticas.
El neonazismo, a diferencia del nazismo, se fundamenta en la negación del genocidio perpetrado por los nazis durante la segunda guerra mundial. Continúa difundiendo la idea de una inevitable “guerra de razas”; resalta la importancia de llevar a cabo actividades nacionalistas; glorifica una violencia libertadora o purificadora y abandera un antisemitismo virulento disfrazado de antisionismo.
Las organizaciones neonazis de la década de los 90’s no dirigen su hostilidad sólo contra judíos. Toda minoría extranjera es vista como fuente de agresión. Para muchos investigadores los neonazis representan tan solo un grupo marginal, una pequeña minoría cuyas ideas están fuera de la corriente central del pensamiento político europeo. Existe la tendencia a subestimar a estos grupos por lo reducido de su tamaño pero su presencia bien puede ser el síntoma de una terrible enfermedad. No debemos olvidar que el movimiento nazi de principios de la década de los 20’s era tan insignificantes que nadie tomó seriamente a Adolfo Hitler.

Resurgimiento en Alemania
   La participación de los nazis en los partidos políticos de la posguerra se inicia en 1945 con la figura de Alfred Lortiz y su Asociación de Reconstrucción Económica. El “Hitler rubio” -como se le conocía- obtuvo 14.4% de los votos en su nativa Bavaria logrando así 12 asientos en las elecciones generales de 1949. La falta de políticas consistentes y problemas internos lo llevaron al fracaso en las elecciones de 1953. Los intentos de revivir el nazismo continuaron con la creación del Partido Social del Reich (PSR) fundado por Fritz Dorls. Sus activistas se abocaban a la tarea de distribuir literatura antisemita. En 1951 el partido obtuvo 11% de los votos pero el gobierno federal apeló a la Corte Constitucional y el PSR fue declarado ilegal por considerarse como un “intento por restablecer el Partido Nazi proscrito”.
En la década de los 60’s el éxito inusitado del Partido Nacional Democrático (PND) provoco temores a nivel mundial. Fundado en 1965 por Adolf von Thadden con el objeto de unir a la oposición nacional, el partido asombró al mundo cuando en 1966 obtuvo el 5% de los votos requeridos para ingresar al Parlamento. El PND integrado por nazis, utilizaba consignas típicas de la época hitleriana. Los judíos no eran denigrados públicamente pero se atacaban virulentamente las políticas del Estado de Israel. Las luchas internas por obtener el liderazgo y la falta de estrategias hacia el futuro dieron como resultado que este partido fracasara en las elecciones de 1969.
La Constitución y las Leyes Criminales de la Alemania Federal y la antigua Alemania Democrática prohibieron todo intento de revivir el nazismo. El gobierno de Bonn proscribió el uso de símbolos o saludos nazis y rechazó a los partidos que ostentaran dicha ideología. Sin embargo toda medida para suprimir a estos grupos tuvo el efecto contrario, revitalizándolos. La reunificación alemana propició aún más su determinación de sobrevivir.

Los Skinheads o Cabezas Pelonas:
   Los skinheads han pasado a formar parte del abanico de grupos extremistas que causan estragos en las sociedades libres. Las raíces de estos grupos se remontan a la Gran Bretaña de los años 60’s. Los primeros skinheads desarrollaron su aspecto típico para manifestar su oposición a los hippies de cabellos largos y a las bandas de motociclistas conocidos como “rockers”. Durante el día vestían chamarras y botas y por las noches asistían a centros nocturnos en donde se mezclaban con toda la gente, independientemente de su origen étnico. En los 70’s surgió una nueva generación de skinheads. Se trataba de jóvenes que tenían problemas para encontrar trabajo en la tambaleante economía británica. Enfurecidos, comenzaron a culpar a los inmigrantes provenientes de India y Jamaica por “robarles” su medio de subsistencia. Paulatinamente la violencia se convirtió en su estilo de vida.
Los skinheads lograron popularidad en otras latitudes al propagar sus ideas de odio racial y supuesta superioridad del ario. El típico militante tiene entre 15 y 19 años, calza pesadas botas negras de combate y lleva los brazos tatuados. Como sello se rasura la cabeza y su misión consiste, por un lado en proselitizar a los de su misma raza y por el otro, actuar violentamente contra los que considera una amenaza.
Herederos espirituales de los grupos racistas de la vieja escuela, los skinheads se oponen al capitalismo y al comunismo por considerarlos sistemas que destruyen a la raza aria. Para ellos la “raza parásita judía” es el meollo del problema por ser la culpable del surgimiento de ambos sistemas. Como los nazis, creen en la existencia de una raza aria que es genéticamente superior a las demás. Temen que la gente de color -a quienes consideran desidiosos e inferiores- los superen numéricamente y los dominen. Los skinheads combinan un odio irracional hacia las minorías y un deseo de actuar violentamente. Y aunque constituyen tan solo pequeños núcleos, el hecho de que nadie se oponga a ellos representa un espacio para crecer y operar lo que los hace aún más peligrosos.

El Espectro Invade Toda Europa
   El resurgimiento de los movimientos de extrema derecha, como es el caso de los neonazis o skinheads, es fundamentalmente producto de dos fuerzas conjuntas: la inmigración y el desempleo. Durante la década de los 60’s y 70’s Europa fue el destino de una oleada de inmigrantes provenientes de Turquía y del norte de Africa quienes ayudaron a cubrir la enorme oferta de trabajo. Sin embargo, la recesión que abatió al mundo a fines de los 70’s modificó el panorama. El desempleo era ya una realidad para los europeos y los inmigrantes se convirtieron en competidores intolerables. Actualmente los partidos de extrema derecha exigen cuota a la inmigración y en casos extremos abogan por la deportación de extranjeros. Y, aunque no hablan de exterminio, su mensaje xenofóbico es muy claro.
La década de los 80’s fue testigo de la radicalización de estos grupos. La caída del comunismo y la reunificación alemana despertó a la fiera. Hoy en día los grupos neonazis expresan libremente su ideología racista que se dirige contra minorías extranjeras, y a pesar de que estas células no han logrado alterar la frágil democracia alemana, han ido ganando popularidad y notoriedad.
A lo largo y ancho de todo el continente europeo resurgen los sentimientos fascistas, principalmente entre los jóvenes afectados por las transformaciones en los procesos de cambio. El deterioro de la situación económica y el desempleo propiciaron el endurecimiento de sus actitudes. El ultranacionalismo permanece como el dogma básico de su credo y sus activistas se unen a través de las fronteras. El viejo espectro regresa. El racismo y por ende, el antisemitismo, encuentran terreno fértil para crecer en la URSS y Europa Oriental, particularmente. Sin embargo en Italia, Bélgica, España, Inglaterra, Austria, Francia y aún en la neutral Suiza existen grupos neofascistas que actúan con violencia en las calles de las grandes urbes. En Francia, particularmente, la presencia de ultranacionalistas de la talla de Jean-Marie Le Pen, han dado nuevo aliento a los postulados xenofóbicos de la extrema derecha.
¿Cómo explicar la supervivencia de estos grupos? Los investigadores e historiadores del tema consideran el resurgimiento de estos grupos como un fenómeno que constituye a todas luces un desacato a los modelos de participación y de elección políticas. El uso de emblemas característicos del nacionalsocialismo como la swástika, la celebración de rituales típicos de ese periodo y la constante atención prodigada a la violencia, son incongruentes con el espíritu democratizador y de apertura que priva a nivel internacional.
El reto consiste entonces en tratar de entender estas fuerzas obscuras y subterráneas y detenerlas antes de que alcancen proporciones incontrolables, destruyendo así todos los esfuerzos por lograr sociedades tolerantes y pluralistas.

Bibliografïa

Bookbinder, Paul
The Neonazi Movement in Germany
The News, México, 29/1/91

Encyclopaedia Judaica
Keter Publishing House, Ltd. Jerusalem, 1981

Fascism and Racism in Europe
EEC Montior, Swizterland, 1986

Sullivan, Scott
Europe’s Fire on the Right
Newsweek, Abril, 1988

The Long Shade: Eastern Europe and the Jews
Newsweek, Mayo 1990

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