Una de las sectas que juega un papel preponderante en el mosaico cultural, político y social del Medio Oriente, es la de los drusos, comunidad político-religiosa, derivada del shiismo islámico, que cuenta aproximadamente 450 adeptos distribuidos en Siria, Líbano e Israel primordialmente. Este pueblo de origen sirio profesa una religión que es mezcla de ideas musulmanas, judías y cristianas, a las que se ha añadido un matiz de misticismo sufi. El fundador de esta doctrina fue Hakim, uno de los califas fatmitas de Egipto, quien en 1029 e.c., proclamó que era la encarnación del espíritu de Dios. Uno de sus discípulos, Darazzi (de donde deriva el vocablo “drusos”), llevó a Siria la nueva religión. Otro discípulo, Hamzah, es venerado por los drusos como el verdadero fundador de esta fe.
Los drusos se autodenominan “unitarios”; creen en un dios inefable que solamente puede ser conocido a través de sus encarnaciones, de las cuales ha habido diez, siendo Hakim la última. Así mismo, creen en la infinita transmigración de las almas y esperan la llegada de Armaggedón, la gran batalla entre las fuerzas del bien y el mal que precederá la resurrección de los muertos, según la doctrina cristiana. Se abstienen del alcohol y del tabaco y desconocen la poligamia. Las mujeres drusas son muy respetadas y gozan de igualdad social, aspecto en que difieren del islamismo ortodoxo.
En cuanto a su realidad histórica y política, en un principio la comunidad drusa se concentró en las estribaciones del Monte Hermón en Israel y posteriormente en el sur del Líbano, refugio tradicional de las sectas minoritarias y perseguidas de la zona. Los emires drusos alcanzaron el control político y económico en la región a mediados del siglo XIX, cuando comenzó a desarrollarse la tensión entre ellos y sus vecinos, los cristianos maronitas. Durante los años 1840 y 1860 esta tensión llegó a su punto álgido, cuando los drusos masacraron a la población cristiana de la región. Actualmente los drusos están involucrados en la lucha por el control de ciertas zonas del Líbano. Sus cambiantes posiciones políticas son reflejo de las alianzas precarias que caracterizan la querella civil en este país.
El liderazgo druso es disputado por las dos mayores familias feudales, los Jumblatt y los Arsalán, desde el siglo pasado. Actualmente los drusos representan aproximadamente un 7% de la población del Líbano y están concentrados en la zona del Chufy en las cercanías del Hermón.
Por otra parte, numerosos drusos se establecieron desde el siglo XVIII en el sur de Siria. La población drusa de Siria pasó por un proceso contradictorio de integración y segregación. Esta participó activamente en la rebelión nacional anti-francesa en los años veinte del presente siglo y continúa sirviendo en el ejército sirio, inclusive en los altos rangos hasta el día de hoy. Sin embargo, esto no ha impedido que los drusos hayan sido perseguidos por diversos regímenes de Damasco. En Siria, la hegemonía drusa está centrada casi en absoluto en manos del legendario clan de los Atrash. Representan en esta nación un 3% de la población y habitan en los alrededores del monte de los Drusos. En Israel viven alrededor de 50 mil drusos, los que representa un 8% de la población no judía y un 1.2% de la población total del país. Los drusos son ciudadanos israelíes con todos los derechos y obligaciones y prestan servicio militar en unidades especiales que se han distinguido por su valor y lealtad en tiempos de guerra. Los drusos residen en varias aldeas de la Galilea Occidental y en dos centros importantes sobre el monte Carmel. Alrededor de 10 mil drusos habitan cuatro aldeas del Golán. Poseen sus propios tribunales de justicia y están considerados como una comunidad independiente del resto de las comunidades árabes del país desde 1957. Siempre ha habido representantes drusos en todos los Parlamentos de Israel.
Los drusos se han caracterizado por su lealtad hacia las naciones que los han cobijado, y es por eso que se han visto enfrentados en luchas fraticidas al estar involucrados en los violentos conflictos entre Siria, Israel y Líbano.