Tribuna Israelita

El Plan de Desconexión

El 15 de agosto del 2005 dio inicio el plan de desconexión israelí de la Franja de Gaza y parte de Cisjordania.
A continuación presentamos información relacionada a ese importante paso dentro del proceso de paz en Medio Oriente.

Introducción
     La muerte de Yasser Arafat y la elección de su sucesor, Mahmud Abbas, han reforzado las expectativas de una nueva era en las relaciones entre israelíes y palestinos. Dentro de este contexto, el Plan Israelí de Desconexión, presentado en diciembre del 2003, debe ser considerado como un importante paso adelante.
Desde que la Guerra de los Seis Días en 1967 dejó a Judea y Samaria (Cisjordania) y la Franja de Gaza bajo administración israelí, su status ha estado en disputa. Israel se vio obligado a librar dicha guerra en autodefensa y los territorios en litigio fueron mantenidos no como un objeto de conquista sino para que fueran parte de futuras negociaciones sobre una paz permanente.
Aunque Israel tiene lazos históricos, necesidades de seguridad y otros intereses vitales que están conectados directamente con estos territorios, su intención nunca fue la de dominar a una gran población palestina. Israel está dispuesto como siempre a considerar los intereses vitales de los palestinos en esas áreas. El objetivo es alcanzar un acuerdo razonable que permita a ambos pueblos vivir en una paz genuina y en seguridad.
Israel ya demostró su disposición a negociar tierras por paz en su tratado de paz con Egipto en 1979, cuando devolvió toda la Península del Sinaí. Esta decisión implicó dolorosos sacrificios, incluyendo el desmantelamiento de la ciudad de Yamit y el desarraigo de todos los asentamientos en el Sinaí.
Israel está dispuesto a desconectarse de la Franja de Gaza y de cuatro asentamientos en el norte de Cisjordania, una iniciativa que representa la primera prueba práctica de la posibilidad de una coexistencia pacífica con la Autoridad Palestina bajo el nuevo liderazgo de Mahmud Abbas. Este valiente movimiento para poner fin al estancamiento en el proceso de paz sigue a más de cuatro años de derramamiento de sangre por acciones terroristas que ha causado gran sufrimiento a ambos, israelíes y palestinos.
Los preparativos para la implementación del Plan de Desconexión del Gobierno, que fue respaldado por la Knéset (Parlamento de Israel) en octubre del 2004, fueron muy bien recibidos en la Cumbre de Sharem el-Sheik en febrero del 2005. En la cumbre, el Primer Ministro Ariel Sharon y el presidente de la Autoridad Palestina (AP) Abbas declararon el fin de la violencia y la reanudación formal del diálogo por la paz.
El Plan de Desconexión no reemplaza las negociaciones, pero es, sin duda, una importante contribución a la reanudación de las conversaciones de paz como lo contempla la Hoja de Ruta patrocinada por los Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas, dependiendo, obviamente, de que la AP elimine la infraestructura del terrorismo. La posición de Israel es que las negociaciones directas entre Israel y los palestinos sobre el status final traerán como resultado el establecimiento de relaciones pacíficas plenas entre Israel y un Estado palestino.
Por supuesto, este plan implica riesgos, pero es una oportunidad que Israel considera que merece la pena ser asumida. Como declarara el Ministro de Relaciones Exteriores Silván Shalom ante la Escuela de Administración Kennedy en Harvard el 7 de marzo del 2005:
“Reconocemos que el esfuerzo por resolver nuestro conflicto con los palestinos puede tener un impacto positivo sobre una amplia gama de asuntos de interés internacional, y nos sentimos comprometidos con esta tarea. Estamos dispuestos a asumir riesgos por la paz”.

Desarrollo del plan
     El Plan de Desconexión fue aprobado por el Gabinete de Israel el 6 de junio del 2004 y por la Knéset el 25 de octubre del 2004, pero fue presentado por el Primer Ministro Sharon el 18 de diciembre del 2003, en un discurso ante la Cuarta Conferencia de Herzlía. En esa oportunidad declaró ante la conferencia, que se ha convertido en el encuentro cumbre anual de los más influyentes líderes israelíes e internacionales:
“Al igual que todos los ciudadanos israelíes, también yo anhelo la paz. Atribuyo suprema importancia a la adopción de todas las medidas que puedan permitir un progreso hacia una solución del conflicto con los palestinos. No obstante, a la luz de los demás desafíos que afrontamos, si los palestinos no hacen un esfuerzo similar que lleve a la solución del conflicto, no tengo intención de esperarlos indefinidamente”.
El Primer Ministro Sharon presentó el plan recordando la Hoja de Ruta, cuya aceptación había anunciado el año anterior en la Conferencia de Herzlía:
“La Hoja de Ruta es el único plan político aceptado por Israel, los palestinos, los estadounidenses, y la mayoría de la comunidad internacional. Estamos dispuestos a proceder para su implementación: dos Estados – Israel y un Estado palestino – que convivan uno junto al otro en tranquilidad, seguridad y paz”.
Sharon señaló que una condición básica de la Hoja de Ruta es el requisito que cese el terror y que las organizaciones terroristas sean desmanteladas.
“El concepto detrás de este plan es que solamente la seguridad conducirá a la paz, y en ese orden. Sin la consecución de una seguridad plena – dentro de cuyo marco las organizaciones terroristas sean desmanteladas – no será posible alcanzar una paz genuina, una paz por generaciones”.      El Primer Ministro llamó a los palestinos a hacer frente al desafío de una coexistencia pacífica:
“Nos gustaría que ustedes se autogobiernen en su propio país: un Estado palestino democrático con contigüidad territorial en Judea y Samaria y viabilidad económica, que mantenga relaciones normales de tranquilidad, seguridad y paz con Israel… Esperamos que la Autoridad Palestina cumpla con su parte. No obstante, si dentro de unos meses los palestinos siguen desentendiéndose de su parte en la implementación de la Hoja de Ruta, Israel iniciará la medida unilateral de seguridad: desconexión de los palestinos”.
La desconexión tiene dos propósitos fundamentales, sostuvo Sharon: mejorar la seguridad de Israel por medio de la reducción del terrorismo y fortalecer la economía de Israel mejorando la calidad de vida.
“Estamos interesados en mantener negociaciones directas, pero no nos proponemos mantener a la sociedad israelí en calidad de rehén en manos de los palestinos. Ya lo he dicho: No los esperaremos indefinidamente”.
Tal como Sharon lo indicara:
“El Plan de Desconexión no impide la implementación de la Hoja de Ruta. Más bien, es un paso que Israel dará ante la ausencia de otra opción, con la finalidad de mejorar su seguridad. El Plan de Desconexión se llevará a cabo solamente en caso que los palestinos sigan arrastrando sus pies y posponiendo la implementación de la Hoja de Ruta”.
Hoy en día existe un renovado optimismo de que el Plan de Desconexión logre sacar adelante los esfuerzos de paz en aquellos puntos en que las tentativas anteriores han fallado. La muerte de Arafat y la elección de Mahmud Abbas como Presidente de la AP han abierto la posibilidad de coordinar aspectos claves del plan con el lado palestino. Es de esperar que la reanudación del diálogo y la coordinación entre Israel y la AP, junto a medidas palestinas para el cese del terrorismo y el desmantelamiento de su infraestructura, permitan una transición ordenada de la responsabilidad de seguridad y aseguren que la implementación del Plan de Desconexión mejore efectivamente las condiciones en el terreno, sirviendo como plataforma para la reanudación de las negociaciones entre las partes.

Disposiciones claves del Plan de Desconexión
Las siguientes disposiciones fueron aprobadas por el gabinete israelí el 6 de junio del 2004. Algunos de los detalles han sido modificados de acuerdo a los contactos entre Israel y las partes relevantes, incluyendo Egipto, el Banco Mundial, y otros.
Las aldeas y pueblos judíos fueron evacuados según una clasificación en cuatro grupos:
Grupo A – Morag, Netzarim y Kfar Darom en la Franja de Gaza
Grupo B – las aldeas de Ganim, Kadim, Sa-Nur y Jomesh en el norte de Samaria
Grupo C – los pueblos y aldeas de Gush Katif en la Franja de Gaza
Grupo D – las aldeas del norte de la Franja de Gaza (Elei Sinai, Duguit y Nisanit)
Israel evacuó la Franja de Gaza. La evacuación no incluyó un despliegue militar en la zona limítrofe entre la Franja de Gaza y Egipto (“Ruta Filadelfi”), una zona conocida por sus túneles de contrabando de armas.
Israel evacuó los asentamientos anteriormente mencionados en el norte de Samaria (Margen Occidental) y todas las instalaciones militares en dicha zona.
Esta medida permitió la contigüidad territorial a los palestinos de la zona.
Israel asistirá, conjuntamente con la comunidad internacional, a mejorar la infraestructura de transporte en la Margen Occidental con la finalidad de facilitar la contigüidad del transporte palestino y facilitar la actividad económica palestina normal en la Margen Occidental.
Israel continuará construyendo la cerca antiterrorista de seguridad. Su curso tomará en cuenta consideraciones humanitarias, de acuerdo con las resoluciones de la Corte Suprema de Israel.

Medidas de seguridad como resultado de la desconexión:
Franja de Gaza 
Israel vigilará el perímetro de la Franja de Gaza, continuará controlando el espacio aéreo de Gaza y seguirá patrullando el mar fuera de la costa de Gaza.
La Franja de Gaza será desmilitarizada y carecerá de armas que no concuerden con los acuerdos israelí-palestinos.
Israel se reserva su derecho básico de autodefensa, tanto preventiva como reactiva.
La Margen Occidental Después de la evacuación de la zona del norte de Samaria, no permanece en la zona ninguna presencia militar israelí permanente.
Israel se reserva su derecho básico de autodefensa, tanto preventiva como reactiva.
En otras zonas de la Margen Occidental, la actividad constante de seguridad continuará según lo requieran las circunstancias.
Israel actuará para reducir el número de puntos de control a lo largo de la Margen Occidental.
Generales
     Asistencia de seguridad a los palestinos: Israel acepta coordinar la asistencia y el entrenamiento para las fuerzas de seguridad palestinas por parte de expertos estadounidenses, británicos, egipcios, jordanos u otros, en un esfuerzo por combatir el terrorismo y mantener el orden público.
Área limítrofe entre la Franja de Gaza y Egipto: Israel continuará manteniendo su presencia militar esencial para prevenir el contrabando de armas a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto (Ruta Filadelfi), hasta que la situación de seguridad y la cooperación con Egipto permitan un convenio de seguridad alternativo.
Puertos: Israel considerará el establecimiento de un puerto marítimo y un aeropuerto en la Franja de Gaza, conforme a las disposiciones acordadas.
Bienes inmuebles: Israel aspirará transferir los establecimientos industriales, comerciales y agrícolas a una parte internacional que los ponga en uso para beneficio de la población palestina.
Se tomará una decisión final respecto a la disposición de las viviendas israelíes.
Medidas de seguridad como resultado de la desconexión: En particular, la zona industrial de Erez será transferida de común acuerdo a la responsabilidad de una parte palestina o internacional.
Israel estudiará, junto con Egipto, la posibilidad de establecer una zona industrial conjunta en la frontera de la Franja de Gaza, Egipto e Israel.
Infraestructura civil: La infraestructura de agua, electricidad, alcantarillado y telecomunicaciones queda en su lugar. Israel continuará vendiendo electricidad, agua, gas y combustible a los palestinos.
Disposiciones económicas:
Las disposiciones económicas entre Israel y la Autoridad Palestina permanecen vigentes. Éstas incluyen, entre otras, el paso de mercaderías entre la Franja de Gaza, la Margen Occidental, Israel y el exterior; el régimen monetario, disposiciones impositivas y aduaneras; arreglos postales y de telecomunicaciones; la entrada de trabajadores a Israel.
De acuerdo al interés de Israel de estimular una mayor independencia económica palestina, se prevé en un futuro poner fin al el empleo de trabajadores palestinos en Israel. Israel apoya el desarrollo internacional de fuentes de empleo en la Franja de Gaza y en las zonas palestinas de la Margen Occidental.
Compensación para los pobladores:     Un Comité Interministerial de Reubicación, Compensación y Asentamiento Alternativo preparó la legislación referente a la reubicación y compensación para los pobladores.

Conclusión
El objetivo del plan fue romper el estancamiento que existía, removiendo la fricción frecuentemente mortal entre israelíes y palestinos en la Franja de Gaza y el norte de la Margen Occidental. Si la parte palestina demuestra su disposición al cese del terrorismo y a la institución de las reformas requeridas por la Hoja de Ruta, y una vez que lo haga, se podrá reanudar el diálogo por la paz.

La Cumbre de Sharem el-Sheik (8 de febrero, 2005)
El Plan israelí de Desconexión fue respaldado por Egipto, Jordania y la Autoridad Palestina (AP) en un encuentro cumbre con Israel en Sharem el-Sheik el 8 de febrero del 2005. En esa ocasión, el Primer Ministro Sharon y el Presidente de la AP Abbas declararon un cese del fuego, poniendo formalmente término a más de cuatro años de violencia y terrorismo.
Fuera del cese de fuego, Sharon y Abbas acordaron un proceso de transferencia de la responsabilidad por la seguridad en las zonas palestinas incluso antes de la implementación del Plan de Desconexión. Así mismo se decidió que Israel iniciaría además una serie de otras medidas destinadas a crear confianza mutua, incluyendo la liberación de cientos de prisioneros palestinos y la aceptación de la construcción de un puerto marítimo en Gaza. El deseo de Israel, sostuvo Sharon, es “mantener un diálogo genuino y honesto con la finalidad de transformar estos primeros pasos en una base sólida para la cimentación de nuestras relaciones”.
El Primer Ministro declaró al anfitrión del encuentro cumbre, el Presidente egipcio Hosni Mubarak, al Rey Abdala II de Jordania y a Abbas su determinación de sacar adelante el Plan de Desconexión:
“El Plan de Desconexión fue iniciado por una decisión unilateral. Ahora, si surgen nuevos cambios en el lado palestino, la desconexión puede traer esperanza y transformarse en un nuevo punto de partida para un exitoso proceso coordinado”.
“El Plan de Desconexión puede pavimentar el camino para la implementación de la Hoja de Ruta, con la cual estamos comprometidos y queremos implementar. Estamos preparados para cumplir activamente todas nuestras obligaciones, y esperamos que la otra parte cumpla con todas sus obligaciones. Sólo acciones y no palabras, ésta es la única forma de lograr la visión de dos estados viviendo uno junto al otro en paz y tranquilidad…”
Dirigiéndose al pueblo palestino, Sharon dijo:
“Ustedes también deben probar que tienen la fuerza y el coraje de comprometerse, de abandonar sueños irreales, de subyugar las fuerzas que se oponen a la paz, y de vivir en paz y respeto mutuo con nosotros…”
Y a los ciudadanos de Israel, Sharon dijo:
“Hemos pasado años difíciles, hemos afrontado las más dolorosas experiencias y las hemos superado. Tenemos el futuro por delante. Se nos exige tomar medidas penosas y controversiales, pero debemos no perder la oportunidad de tratar de alcanzar lo que hemos deseado durante tantos años: seguridad, tranquilidad y paz”.

Los costos de la desconexión
El 6 de febrero del 2005 la Knéset aprobó la versión final de la Ley de Implementación del Plan de Desconexión, proveyendo 3,800 millones de shekels (884 millones de dólares) para cubrir los costos de la reubicación de algunos de los 9 mil habitantes judíos de la Franja de Gaza y del norte de la Margen Occidental, y para compensarlos por la pérdida de sus hogares y de su sustento.
El proceso democrático de aprobar la Ley de Desconexión fue tempestuoso y estuvo marcado por semanas de una oposición verbal y de manifestaciones públicas del grupo de presión de los habitantes y de sus partidarios contra la idea misma de la desconexión. Estas protestas reflejaron la comprensible reluctancia de las personas a abandonar sus hogares, a los cuales muchos se mudaron como jóvenes pioneros y los habrán de abandonar como abuelos. Hubo también manifestaciones en contra de partidarios de la decisión gubernamental, que reiteradas encuestas de opinión pública han indicado que refleja un consenso nacional de aproximadamente el 70 por ciento en favor de la desconexión.
Algunos de los habitantes aceptaron el hecho que, así como una vez respondieron al llamado del gobierno a construir sus hogares en los territorios, se les llamaba a ceder esos territorios para llevar a buen término la causa de la paz.
Muchos de estos habitantes planearon canalizar su espíritu pionero en la construcción de nuevos hogares en el Néguev y la Galilea. Afortunadamente, los demás llegaron a la conclusión de que a pesar del trauma que debían pasar – el cual el gobierno de Israel intentó aliviar lo más posible – su sacrificio beneficiaría a todo el país y en definitiva aumentaría las posibilidades de paz y de seguridad.

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Agosto 2005

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