En un acto sin precedentes, líderes religiosos judíos, cristianos y musulmanes se reunieron del 20 al 22 de enero del 2002 en Alejandría, Egipto, para analizar la crisis entre palestinos e israelíes. La Cumbre, precedida por meses de preparación, contó con el apoyo de los gobiernos de Israel, Estados Unidos, Inglaterra y Egipto y la Autoridad Nacional Palestina, quienes lo promovieron como un elemento importante en la lucha contra el terror.
El encuentro fue fruto de la iniciativa del viceministro de Relaciones Exteriores, rabino Michael Melchior, con la cooperación del Dr. George Carey, Arzobispo de Canterbury y la aprobación del jeque Mohamed Sayed Tantawi, director de la Universidad Islámica Al-Azhar de El Cairo. En él participaron, entre otros, el rabino en jefe sefaradita de Israel, Eliahu Bakshi-Dorón, el jefe palestino de los Tribunales de la Sharia, jeque Taisir Tamimi; el jeque Abdel Salem abu Shekedam, Mufti de la Policía Palestina; el jeque Tal el-Sider, Ministro de la Autoridad Palestina; el jeque Tawil, Mufti de Belén; el patriarca Michel Sabah y el arzobispo Rea de Jerusalem.
Al finalizar la conferencia, que se desarrolló en medio de extremas medidas de seguridad, los asistentes firmaron un acuerdo conjunto para condenar la violencia en Medio Oriente y se comprometieron a utilizar su autoridad religiosa y moral para trabajar en favor de la paz, respetando las creencias individuales.
Declaración de Alejandría de los Líderes Religiosos en Tierra Santa
Con la ayuda de Dios, bendito sea, nosotros, líderes espirituales de las comunidades religiosas en Tierra Santa: el islam, el cristianismo y el judaísmo, nos hemos congregado con el fin de declarar nuestro compromiso para la erradicación de la violencia y el derramamiento de sangre, que nos privan de nuestro derecho a la vida y a la dignidad.
Según nuestra fe, el asesinato de inocentes, supuestamente en el nombre de Dios, representa la profanación de su nombre sagrado y deshonra el nombre de la religión en el mundo entero. La violencia desatada en Tierra Santa es una iniquidad a la cual todos los fieles deberán oponerse. Nosotros aspiramos a una convivencia como corresponde entre vecinos de mutuo respeto hacia los lazos históricos y al legado religioso de cada una de ellas.
Hacemos un llamado a una lucha colectiva contra la incitación, el odio y la deshonra del prójimo y oramos por una paz genuina en Jerusalem y en Tierra Santa.
- La Tierra Santa es una tierra sagrada para las tres religiones monoteístas. Es por ello que sus fieles deberán respetar su santidad y así evitar que derramamientos de sangre ensucien su imagen. Nosotros exigimos la preservación de la santidad de los lugares sagrados y su situación, y que sea asegurada la libertad de credos para todos.
- Exhortamos a los dos pueblos a respetar la voluntad del Creador que gracias a su misericordia habitan en la misma porción de tierra, denominada Tierra Santa.
- Hacemos un llamado a los líderes políticos israelíes y palestinos para que pongan en práctica una solución justa, segura y permanente que transmita la palabra de Dios y sus profetas.
- Como primer paso, y con el apoyo y el respaldo religioso, hacemos un llamado a un cese de fuego que sea respetado por las partes. También exhortamos a que los informes de Mitchell y Tenet sean implementados, que se reanuden las negociaciones de paz y que se den pasos para aliviar las restricciones.
- Aspiramos a la creación de un ambiente en el cual las generaciones presentes y futuras logren convivir una al lado de la otra en base al respeto mutuo y a la seguridad. Hacemos un llamado a todas las partes para evitar la incitación y la deshonra del prójimo, y así educar a las generaciones venideras.
- Como líderes espirituales, nos comprometemos a continuar nuestros esfuerzos conjuntos en aras de la paz y la conciliación, en Jerusalem y la Tierra Santa, a beneficio de todos los habitantes de los pueblos.
- Autorizamos la creación de una Comisión Conjunta Permanente que vele por la implementación de las recomendaciones de esta declaración, así como por toda colaboración que se requiera con el liderazgo político de cada una de las partes.
Bibliografía
Declaración de Alejandría
Embajada de Israel en México, México, D.F., 2002
Shabot, Esther
Contra la Violencia
Excélsior, México, Enero 2002