Tras una investigación sobre los orígenes de 13 pinturas -en su mayoría impresionistas – adquiridas entre 1933 y 1940 por Sídney y Jenny Brown, pareja que llegó a formar una de las colecciones privadas más importantes en Europa, el Museo Langmatt de la ciudad suiza de Baden, alcanzó a un acuerdo con los familiares de los legítimos dueños de dos de ellas que podrían haber sido confiscadas por los nazis.
A través de un comunicado el museo explicó recientemente que los resultados de la investigación – apoyada por el ministerio de Cultura suizo – arrojaron que para 11 de las obras en cuestión “no hubo evidencia o prueba de arte saqueado por los nazis por lo que tal conexión pudo descartarse”.
Sin embargo, agregaron que las dos restantes fueron categorizadas como “problemáticas” por lo que la Fundación Langmatt buscó a los descendientes de sus antiguos propietarios y alcanzó con ellos acuerdos conforme a los Principios de Washington sobre Arte Confiscado por los nazis, mismos que incluyeron compensaciones económicas a valor del mercado.
Respecto a la primera, misma que fue una de las tres obras de Cézanne que fueron vendidos en una subasta por el museo el año pasado, alcanzando un precio de 38.9 millones de dólares, explicaron que durante la investigación se encontró un documento en Colonia, Alemania que los llevó a concluir que la venta de la pintura a los Brown por una galería de arte en la ciudad suiza de Lucerna, en noviembre de 1933 “podría clasificarse como una confiscación debido a la persecución nazi” por lo que contactaron a los herederos del legítimo propietario Jacob Goldschmidt, quien sobrevivió el Holocausto y falleció en 1976 y alcanzaron con ellos un acuerdo, del cual no dieron más detalles.
Sobre la segunda, que fue comprada por los Brown en mayo de 1936 en una galería de Ginebra, señalaron que durante la investigación se constató que había sido propiedad de Richard Semmel, un industrial y coleccionista de arte judío que debido a la persecución nazi huyó a Holanda en 1933, después de tener que vender la mayor parte de su colección.
Por lo anterior, explicaron que contactaron a sus herederos – Semmel falleció en 1950 – con quienes acordaron una compensación al valor del mercado, mientras que la pintura permanecerá bajo custodia de la Fundación y seguirá siendo exhibida en el museo de Baden.