El pasado martes 20 de agosto, el Tribunal Supremo de Alemania, ratificó la condena contra Irmgard Furcher, quien fue secretaria del campo de concentración de Stutthoff entre junio de 1943 y abril de 1945, “por complicidad en 10,505 casos de asesinato en el marco del plan de exterminio de los judíos del régimen nazi”.
En diciembre del 2022, la Audiencia Provincial de Itzehoe había sentenciado que con su trabajo, Furcher -actualmente de 99 años – había ayudado al plan de asesinato sistemático de los prisioneros del campo por lo que la condenaron a dos años de cárcel, conmutables por libertad condicional, siendo ésta la primera condena en contra de un civil acusado de participar en el Holocausto.
Sin embargo, sus abogados, interpusieron el recurso – rechazado ahora por el TS- argumentando que “no estaba claro ni probado que fuera consciente de lo que ocurría en el campo, ni que su trabajo haya colaborado con el asesinato sistemático”.
No obstante lo anterior, el Tribunal Federal de Justicia concluyó que “Furcher, una trabajadora civil y la primera mujer juzgada por crímenes nazis en décadas, sabía y, a través de su trabajo deliberadamente apoyó, el hecho de que los prisioneros fueron cruelmente asesinados mediante gaseamiento; bajo condiciones hostiles en el campo; mediante el transporte al campo de exterminio de Auschwitz y siendo enviados a marchas de la muerte al final de la guerra”.
Al respecto del fallo del TS, Josef Schuster, presidente del Consejo Central de Judíos de Alemania, señaló que “aunque sea una forma tardía de justicia, para los sobrevivientes del Holocausto, es sumamente importante que se intente y se logre” y agregó que “el día de hoy, el sistema legal envió un poderoso mensaje, incluso 80 años después del Holocausto, no se puede ni se debe trazar una línea divisoria entre los crímenes nazis, todos deben de ser llevados a la justicia”.