El pasado 3 de septiembre la comunidad judía de Oporto, Portugal inauguró un muro conmemorativo en honor a las víctimas de la Inquisición.
El monumento, colocado en una de las paredes exteriores del Museo Judío de la ciudad, mide cuatro metros de ancho por dos de largo y presenta los nombres de las 842 víctimas nacidas en la ciudad junto con la fecha de sus “autos de fe” (las ceremonias públicas en las que se ejecutaban sus sentencias, que incluía quema, exilio, cárcel y/o obligación de utilizar el traje de “sambenito” que consistía en una túnica con una cruz, llamas, o diablos y un sombrero cónico, para ser identificados como “judeizantes”).
Al respecto, directivos del museo explicaron que además de honrar la memoria de las víctimas de una persecución religiosa que duró tres siglos, su planeación llevó al descubrimiento del estado de decadencia en el que se encontraban los archivos de la Inquisición de país, razón por la cual se logró un acuerdo con el gobierno que ha permitido la restauración y digitalización de los procesos judiciales contra los “judíos infieles” en Lisboa, Évora y Coímbra (incluyendo los de Oporto) y asegurar así la preservación de los registros que representan una de las fuentes históricas más ricas y confiables sobre la comunidad judía en Portugal.
Imagen: Dominio Público