En un comunicado de prensa emitido el pasado 13 de febrero, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York informó que dos instituciones de arte checa devolvieron 14 obras de arte – tomadas “indebidamente” durante y/o después de las Segunda Guerra Mundial – a los herederos del coleccionista judío, Johann Bloch.
Se trata de cuatro pinturas (tres paisajes y un retrato) devueltas por la Galería Nacional de Praga, mismas que habían sido entregadas por Bloch al museo como “condición previa para sacar el resto de su colección del país” y, 10 vestimentas litúrgicas que datan del siglo XVIII entregadas por el Museo de Artes Decorativas de Praga, donde se encontraban en “custodia durante la guerra” y se suponía las regresarían a la familia, terminada la misma.
Nacido en 1869, Johann Bloch era copropietario de una fábrica de cuero de su familia en Brno, entonces una ciudad checa y accionista de una empresa de artículos de goma. Tras la invasión nazi, perdió su casa y su fábrica.
En 1939, Bloch solicitó enviar su colección de arte a Inglaterra para su custodia por lo que la Galería Nacional de Praga solicitó la “donación” de cuatro de sus pinturas para la aprobación del traslado.
Un año después, Bloch falleció y su esposa tuvo que vender las casa familiares y en 1942 deportada a Terezin y posteriormente trasladada a Letonia donde murió.
Las vestimentas litúrgicas, Bloch se las había regalado a su hija, Hermine Getrud Fleischner, en 1930, quien en 1939 huyó del país pero previamente las entregó al Museo de las Artes Decorativas para su custodia.
83 años después, los cuatro cuadros y las diez vestimentas litúrgicas regresan a manos de los herederos de sus legítimos dueños.