En primera instancia se estableció un cronograma para que las dos partes negocien los parámetros que regirán su coexistencia. 30 días, a partir de la firma del tratado, se iniciarán negociaciones sobre la retirada de las tropas israelíes de Gaza y Jericó. Posteriormente se implantará una fuerza policial palestina para mantener el orden. En seguida el gobierno militar y la administración civil israelíes transferirán el poder a palestinos electos para administrar las siguientes áreas: educación y cultura, salud, bienestar social, el aspecto fiscal y turismo. A continuación el ejército israelí desalojará por completo dichas zonas y a partir de eso se elegirá un consejo autónomo cuyos poderes aún no están definidos. Dos años más tarde comenzarán las negociaciones entre Israel y los palestinos para definir el status final de los territorios y en cinco años se decidirá el status final de los mismos.
Extremistas frustrados de ambos lados se han opuesto desde el principio a cualquier tipo de acuerdo. Incluso las mayorías que apoyan el acuerdo se encuentran vacilantes y temerosas en cuanto a lo que el futuro les depara. En Israel los colonos judíos de Gaza y Cisjordania han llevado a cabo diversas manifestaciones en las que tildaron a Rabin de “traidor” por ceder tierra que consideran como patrimonio bíblico. La mayoría de éstos israelíes comenzarán por manifestarse pacíficamente al bloquear caminos e interferir con los horarios de trabajo del gobierno de Jerusalem. Si esto no les funciona utilizarán la desobediencia civil para hacer valer sus derechos. Los servicios de seguridad israelíes están tomando las amenazas seriamente ya que existen 30,000 colonos que tienen acceso a armas y explosivos. Por otro lado el líder del partido Likud, Benjamin Netanyahu, hizo un llamado para llevar a cabo un referéndum con el fin de revertir el acuerdo de paz ya que opina que implicará el tener cerca una plataforma desde la cual se lleven a cabo ataques terroristas contra Israel así como la creación de un Estado palestino independiente.
Para Arafat el problema se centra en como generar consenso dentro de la OLP. La oposición viene de palestinos radicales quienes amenazaron con asesinarlo. Para éstos el acuerdo no satisface las expectativas palestinas. Es considerado como una traición a la lucha que se ha llevado a cabo durante cuatro décadas. Continúan exigiendo la creación de un Estado palestino en Gaza, Cisjordania y Jerusalem. Nunca han aceptado la idea de un autogobierno en territorio israelí ya que lo consideran como una administración de la ocupación. Todos ellos seguirán rechazando el plan de autonomía.
De todas las organizaciones que tienen como objetivo obstaculizar el diálogo para la paz, Hamas el Movimiento de Resistencia Islámica representa la mayor amenaza. Su móvil principal es la destrucción del Estado de Israel y a continuación la creación de un Estado palestino islámico. Hamas es considerado por las fuerzas israelíes como el mayor problema de seguridad de la zona. El atractivo de Hamas es tanto social como político ya que han creado instituciones sociales y educativas que han cubierto el vacío de poder y la falta de acción de la OLP. Tienen el apoyo de alrededor del 35% de la población de Gaza y otro tanto en Cisjordania. En algún momento Arafat intentó cooptar a los militantes fundamentalistas pero éstos a su vez le exigieron el 40% de los escaños del Consejo Nacional Palestino y un porcentaje similar en el comité ejecutivo compuesto por los 18 miembros. Por otro lado exigieron que Arafat se alineara a su exigencia de reconquistar toda Palestina.
Debido a la pobreza en la que viven la mayoría de los habitantes en la Franja de Gaza, aún los escépticos estan dispuestos a brindarle una oportunidad a la paz si sus expectativas de una vida mejor son satisfechas. De lo contrario y si el líder palestino no logra dar solución inmediata a sus problemas la población secular podría brindar su apoyo a Hamas creando así un posible foro para una guerra civil.
Otro gran desafío que será imperante resolver es aquel que proviene de los regímenes radicales islámicos. Desde 1948 cada intento de pacificación que se ha llevado a cabo ha sido seguido por un incremento de actos terroristas. Grupos disidentes apoyados por dichos regímenes han intentado interrumpir el proceso a través de asesinatos de las figuras claves o provocando represalias por parte de Israel. Se tendrá que neutralizar el poder de gobiernos como el de Iran para evitar la obstaculización del proceso pacificador en la zona.
Por el otro lado los prospectos para una paz permanente dependen de que tan bien puedan ser implementados los acuerdos provisorios y de como sean solucionadas cuestiones tan sensibles como lo son:
La Definición de Fronteras:
Quedan muchas interrogantes por resolver en cuanto a los límites fronterizos. El acuerdo estipula que los israelíes entregarán la responsabilidad de Gaza y Jericó a los palestinos a mediados de noviembre de 1993. La Franja de Gaza se encuentra bien delimitada. Sin embargo los límites municipales de Jericó abarcan 26 kilómetros cuadrados y el distrito de Jericó de acuerdo a la ley jordana se extiende a lo largo de 378 kilómetros cuadrados. Los palestinos reclaman todo el territorio y los israelíes insisten en que el área debe ser más delimitada y a que desean seguir controlando el puente Allenby hacia Jordania.
El Status de Jerusalem:
Según muchos de los especialistas en Medio Oriente el status de Jerusalem será la cuestión más difícil de resolver. Tanto para los israelíes como para los palestinos esta ciudad tiene una carga histórica y emocional de la cual será difícil desprenderse. Israel la considera su capital milenaria en la cual se centran sus raíces. Para los palestinos Jerusalem representa el tercer sitio más sagrado del Islam.
El Alcance de la Fuerza Policiaca Palestina:
Otro de los muchos problemas por solucionar en el futuro cercano será el carácter y papel de la fuerza de seguridad palestina. Esta estará conformada tanto por palestinos de los territorios como de exiliados que son parte del Ejército de Liberación Palestino que están siendo entrenados tanto en Jordania como en Egipto. Tanto su fuerza como su alcance deberán ser bien definidos para satisfacer los requerimientos israelíes de seguridad y al mismo tiempo para poner orden en la zona frente a los grupos palestinos que rechazan los acuerdos.
El Futuro de los Asentamientos Judíos:
Deberá definirse el futuro de los asentamientos judíos que se encuentran localizados en los territorios de Gaza y Cisjordania. ¿Permanecerán como enclaves judíos en zonas árabes? ¿Quién se encargará de su seguridad? ¿Cúal será el acceso a ellos? ¿Serán los palestinos y los israelíes capaces de vivir en paz en una área tan pequeña?
El Derecho al Retorno:
En cuanto al derecho al retorno de aquellos palestinos desplazados, el acuerdo estipula un número no especificado. Los israelíes hablan de 200 mil y los palestinos de 800 mil. El factor decisivo en este contexto es el elemento económico ya que ni Gaza ni Jericó tienen la capacidad o la infraestructura para absorber a un número elevado de exiliados.
En este sentido el apoyo mundial será de vital importancia especialmente en el área económica para fortalecer el proceso. Un programa de ayuda financiera con el apoyo por parte de Occidente como de los países árabes es decisivo. Por otro lado se necesita desarrollar un sistema de sanciones internacionales en contra del terrorismo con el fin de que éste no sea utilizado para torpedear las iniciativas pacificadoras.
El efecto psicológico logrado a través de estos sucesos ha sido de gran impacto. Durante varias generaciones, en el mundo árabe, la lucha contra Israel ha sido el móvil de su existencia. A través de los años se convenció a la población árabe de que no podía haber democracia ni desarrollo debido a esta situación. Ahora que la ilegitimidad de Israel ha sido resuelta y que muy probablemente no será ya utilizada como factor de unión del mundo árabe, muchas cuestiones tendrán que ser redefinidas lo que sin duda causará un clima de confusión y de inestabilidad.
En el caso israelí ésta será la oportunidad para desembarazarse de la auto imagen de fuerza ocupante que prevaleció a lo largo de 25 años, de redefinir su identidad ante un mundo critico de sus acciones y de dedicar todas sus fuerzas a salir de la fortaleza en la que había sido forzado a sobrevivir debido a la constante amenaza a su existencia. Su energía podrá dirigirse hacia los ámbitos del conocimiento científico y de los avances tecnológicos así como hacia el desarrollo de su potencial creativo, artístico y cultural.