1. Jerusalem -bastión de tres de las más importantes religiones monoteístas del mundo y capital política del Estado de Israel- es un elemento clave en las negociaciones de paz para Medio Oriente. Las naciones árabes han intentado influir sobre Estados Unidos para que presione a Israel a negociar él status de la Ciudad Santa. Conforme las negociaciones avanzan es importante tener presente los siguientes hechos históricos y políticos sobre Jerusalem.
2. Durante miles de años Jerusalem ha sido la piedra angular del judaísmo. Ninguna otra ciudad ha jugado un rol tan prominente en la historia, cultura, religión y conciencia de un pueblo como Jerusalem en la vida de los judíos y del judaísmo. Desde que el Rey David estableció la ciudad como capital del Estado judío en 1000 a.e.c. ha fungido como el símbolo y la más profunda expresión de la identidad de los judíos como nación.
3. A pesar de numerosas conquistas y persecuciones la presencia judía ha sido una constante en la ciudad. De hecho un pequeño número de judíos permaneció en Jerusalem aún bajo regímenes intolerantes como el de los Cruzados quienes diezmaron comunidades judías enteras durante su reinado entre 1099-1260.
4. Durante siglos Jerusalem fue dominada por un sinnúmero de conquistadores pero únicamente el pueblo judío instituyó a Jerusalem como centro político de su Estado. Más aún cuando los musulmanes gobernaron la región en la Edad Media escogieron a Ramle y no a Jerusalem como capital.
5. En mayo de 1947 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas recomendó la partición de Palestina en un Estado árabe, uno judío y una “región internacional especial” para Jerusalem. En noviembre de ese mismo año dicha recomendación fue adoptada por la Asamblea General. Las propuestas fueron aceptadas por los judíos y rechazadas por los árabes, quienes declararon la guerra en contra del naciente Estado.
Las fronteras de facto de Israel, determinadas en los acuerdos de armisticio celebrados con Egipto, Líbano, Jordania y Siria en 1949 fueron casi iguales a las propuestas en la resolución de la ONU, con el agregado de la Galilea occidental y un amplio corredor desde la costa de Jerusalem occidental. El status internacional especial para Jerusalem no pudo implementarse, y la ciudad quedó dividida a lo largo de las líneas del cese de fuego, entre Israel y Jordania.
6. Durante 20 años no hubo ningún esfuerzo por convertir a Jerusalem -bajo dominio jordano- en ciudad internacional. En 1967, al salir victorioso de la Guerra de los Seis Días, Israel reunificó inmediatamente la ciudad, permitió el acceso a los sitios sagrados y concedió la más amplia libertad de religión.
7. El respeto de Israel por la santidad de los recintos musulmanes y cristianos contrasta con las políticas jordanas aplicadas durante su reinado de 20 años de Jerusalem oriental. Cuando dicho sector cayó en manos jordanas se negó el acceso de los judíos a sus lugares sagrados tales como el Muro de los Lamentos, cementerios, sinagogas y el viejo barrio judío fue profanado y destruido.
En 1948 la comunidad cristiana de Jerusalem, que sumaba 25,000 almas, bajo el control del gobierno jordano disminuyó a 10,000 para 1967, debido en gran parte a las restricciones impuestas a su libertad de credo. Los jordanos no permitían que los cristianos compraran tierra en la ciudad, que construyeran iglesias o que mantuvieran un sistema educativo propio.
8.- La ley de Protección de Lugares Sagrados adoptada desde la reunificación de la ciudad concede prerrogativas a todas las comunidades que allí habitan y especifica que todos los sitios, instituciones y actividades religiosas deben ser administrados por sus respectivas autoridades, sin interferencia de ninguna clase. Más aún el compromiso israelí de asegurar el libre acceso a los lugares sagrados ha sido ratificado en forma contundente por el hecho de que, desde el comienzo de su administración, se ha garantizado la entrada de cien mil a ciento cincuenta mil peregrinos musulmanes provenientes de países como Arabia Saudita, Kuwait y Jordania, quienes técnicamente se encuentran en guerra con Israel.
A pesar de que a través de los años se han suscitado brotes de violencia en los lugares santos, éstos han sido eventos aislados, y no pueden considerarse representativos de las políticas que ha adoptado Israel en torno a la libertad religiosa.
9. Desde su reunificación en 1967, la administración de Jerusalem, bajo la dirección del alcalde Teddy Kollek, ha sido un modelo de convivencia humana, tolerancia y desarrollo. Los servicios municipales han sido mejoradas ampliamente y los derechos y necesidades de sus habitantes -árabes, judíos y otros- son respetados.
En 1969 Kollek, sensible ante el significado universal de la ciudad, decidió formar un comité que ha actuado hasta la fecha como un consejo de asesores a nivel mundial, comprometido con el embellecimiento y la restauración de la ciudad, así como con la preservación de su contenido cultural y espiritual. Entre sus miembros se incluye a clérigos, arquitectos, artistas, políticos, profesores universitarios, teólogos, publicistas y arqueólogos de todo el mundo.
10. En el proceso de las negociaciones de paz para Medio Oriente diversos actores involucrados han propuesto alternativas para modificar el status de Jerusalem, entre las cuales podemos destacar:
a) Convertir a Jerusalem en la capital política del futuro Estado palestino, premisa que resulta improcedente si consideramos el carácter central de esta ciudad para la vida judía y si tomamos en cuenta los antecedentes de intolerancia musulmana que no le permitieron a los judíos gozar de la libertad religiosa.
b) Otorgarle un status internacional.
c) Mantener el control israelí sobre la ciudad al tiempo que las diversas comunidades permanezcan al frente de la administración de sus respectivas zonas de interés.